Las autoridades de Filipinas han ordenado la evacuación de unas 300 personas asentadas en la ladera del volcán Kanlaon, en la céntrica isla de Negros, debido al registro de su creciente actividad, que está bajo vigilancia.
El gobierno regional emitió el martes una orden de exclusión sobre un radio de 4 kilómetros desde el cráter y la evacuación de unos 300 residentes cuyos hogares se encuentran dentro del perímetro y que fueron alojados en campamentos temporales.
En los últimos días el Kanlaon ha incrementado el ritmo de expulsión de gases de dióxido de sulfuro y se han registrado cientos de terremotos a poca profundidad en la región, lo que podría indicar una próxima erupción, según los vulcanólogos filipinos.
Las autoridades además suspendieron las clases, cerraron las atracciones turísticas y recomendaron a los residentes de aldeas cercanas evitar salir al exterior y limitar los viajes innecesarios, según indicaron en las redes sociales.
«Se recomienda a la población estar preparada y alerta, y evitar entrar en la zona de exclusión para minimizar los riesgos ante el peligro de erupciones, expulsiones de piedras o desprendimientos», apunta en su último informe el Instituto de Vulcanología y Sismología de Filipinas.
El organismo mantiene de momento al Kanlaon en alerta 2 (sobre un máximo de 5), en la que permanece desde junio -cuando se detectó un aumento de emisiones- y que indica un «nivel moderado de actividad volcánica».
Con más de 2.400 metros de altura, el Kanlaon es uno de los 24 volcanes activos en Filipinas y ha registrado 15 erupciones en la última década. En 1996, tres escaladores perdieron la vida a raíz de la expulsión de ceniza del volcán.
Con información de EFE