El fluoruro es un mineral que se encuentra de manera natural en el agua, suelo y algunos alimentos. Es famoso por su uso en la prevención de caries y su presencia en productos de higiene bucal, como pastas dentales y enjuagues. Sin embargo, la controversia sobre sus efectos en la salud ha generado mitos que vale la pena aclarar.
Mito 1: el fluoruro es tóxico en cualquier cantidad
Realidad: como ocurre con muchas sustancias, la dosis determina si algo es beneficioso o perjudicial. La mayoría de los productos que contienen fluoruro están diseñados para proporcionar cantidades seguras y eficaces, recomendadas por organismos como la Organización Mundial de la Salud y la Asociación Dental Americana. En pequeñas dosis, el fluoruro refuerza el esmalte dental, ayudando a prevenir las caries.
Mito 2: el fluoruro en el agua potable es dañino
Realidad: la fluoración del agua potable, común en varios países, ha sido una práctica ampliamente estudiada. A niveles seguros (alrededor de 0.7 partes por millón), se ha demostrado que reduce las caries en poblaciones enteras. Existen estudios que indican que, en dosis elevadas y prolongadas, el fluoruro puede causar fluorosis dental (decoloración de los dientes), pero esto ocurre por exposición prolongada a altos niveles de fluoruro, mucho mayores a los recomendados.
Mito 3: el fluoruro afecta el desarrollo cognitivo en niños
Realidad: algunos estudios sugieren una posible asociación entre el exceso de fluoruro y el desarrollo cognitivo. Sin embargo, estos hallazgos no son concluyentes, y los organismos de salud continúan defendiendo el uso del fluoruro en niveles adecuados como seguro.