Francia y Estados Unidos lideran una iniciativa para que los organismos financieros internacionales intervengan para que los bancos de desarrollo financien el desarrollo de la energía nuclear, que necesita inversiones enormes y a muy largo plazo.
Ésa propuesta será una de las prioridades del presidente francés, Emmanuel Macron, en la cumbre sobre la energía nuclear que organizan el jueves en Bruselas Bélgica y el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), explicaron este miércoles fuentes del Elíseo.
París y Washington están al frente de esa idea de activar el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para que los organismos financieros multilaterales se abran a esa financiación, para la que los bancos comerciales se muestran en muchas ocasiones reacios.
La construcción de reactores nucleares es un proyecto de muy largo plazo, que normalmente necesita más de una decena de años hasta que se materializa, y precisa una inyección de miles de millones de euros. Su rentabilización exige esperar mucho tiempo, algo que disuade a buena parte de los inversores privados.
Macron está haciendo una muy fuerte apuesta por la energía nuclear, con la prolongación «al máximo» del actual parque francés (58 reactores que proporcionan alrededor del 70 % de la electricidad del país), la construcción de seis nuevos reactores entre 2035 y 2050 y el impulso a los pequeños reactores modulares (SMR), una tecnología pendiente de desarrollo.
Dentro de la UE, París se ha puesto en cabeza de una Alianza Nuclear Europea, en la que hay una quincena de los 27 Estados miembros, para hacer valer los intereses de la energía atómica y que tenga la misma consideración que las renovables en las políticas climáticas.
En la cumbre de Bruselas, en la que deben participar una cincuentena de países de todo el mundo, el presidente francés quiere insistir en que la nuclear puede servir como energía de transición con el abandono de los combustibles fósiles, sobre todo en los países en los que el carbón conserva todavía un gran peso relativo.
De acuerdo con la argumentación del Elíseo, no se puede pretender que esos países -que esencialmente están en el continente asiático- sustituyan el carbón únicamente con energías renovables.
En esa misma línea, la nuclear puede garantizar una seguridad de aprovisionamiento y no genera emisiones de efecto invernadero como sí lo hace el gas, que algunos presentan también como una alternativa de transición al carbón.
En diciembre pasado, durante la COP28 que marcó el objetivo del abandono progresivo de los combustibles fósiles, una veintena de países, entre los cuales estaba Francia, firmaron una declaración común para triplicar las capacidades nucleares entre 2020 y 2050.
Con información de EFE