Todo el mobiliario dentro del local de Daniela* está en venta. Hace dos años abrió un negocio en el nivel Bolívar de Parque Central que únicamente le ha traído pérdidas. A su alrededor la mayoría de los locales están clausurados, y el de ella parece ir por el mismo camino. Aunque no pierde la fe en que “esto cambie”.
En el nivel Bolívar del Complejo Urbanístico Parque Central, donde está el local de Daniela, lo que funciona son dos locales de papelería, una iglesia evangélica, una oficina del Ministerio Público y la sede de la Fundación José Antonio Abreu. De resto solo hay basura y agua producto de las innumerables filtraciones.
Que incluye Parque Central
Parque Central tiene dos rascacielos de 59 pisos, el complejo habitacional de 44 pisos y 317 apartamentos en cada uno. En la parte baja hay mezzaninas, niveles comerciales y tres sótanos.
Dentro del Complejo Parque Central, cuya inauguración completa fue en 1983, también está el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, el Museo de los Niños de Caracas, el Apart-Hotel Anauco Suites (antes Anauco Hilton), el Museo Audiovisual, el Museo del Teclado, ocho salas de conferencia, una academia de natación, salas de cine y salas de teatro.
Filtraciones
A Daniela no le extraña que toda la estructura esté “en alto riesgo” debido al estado de deterioro. “Desde los sótanos se ve cómo las bases están carcomidas por el agua” y en varias oportunidades los vecinos han denunciado que el sótano 3 suele inundarse.
Las filtraciones se deben, según vecinos, al mal estado en el que se encuentra el sistema de tuberías de aguas servidas de todo el complejo, por lo que los apartamentos tienen filtraciones.
En las mezzaninas y en el nivel Bolívar hay muchas lagunas, o charcos de gran dimensión. A su vez se escucha el ruido del agua que va cayendo por las paredes, esto acompañado, además, por un panorama desolado.
Aire acondicionado
Todo el complejo Parque Central contaba con un sistema de aire acondicionado que dejó de funcionar hace mucho, según los entrevistados. Este no solo cubría a las dos torres, sino también a las mezzaninas y los niveles Bolívar y Lecuna. “El Gobierno lo que hizo fue desentenderse de ese problema y sacó a la mayoría de sus oficinas ministeriales de aquí”, dijo Daniela.
Además de la oficina del Ministerio Público, todavía hay una del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales en el nivel Lecuna, la cual, según Daniela, “es lo que más vida le da” a la zona en términos de afluencia de personas
Nivel Lecuna
En el Lecuna hay un poco más de actividad comercial que en otros niveles. Aún queda una óptica que, para los vecinos, es un sobreviviente de los buenos tiempos por la cantidad de años que tiene allí. También hay ventas de comida, un mercado pequeño, una panadería, un Farmatodo y un Banco de Venezuela, entre otros comercios.
En este mismo nivel, del lado sur, está la entrada al estacionamiento, donde hay una pancarta que dice “renace Parque Central”. La misma fue puesta por la Corporación para la Construcción y Gestión de Urbanismos en Caracas (CorpoCapital), organismo dependiente de la Alcaldía de Libertador y que, desde 2013, administra y mantiene todo el complejo.
Anteriormente era el Centro Simón Bolívar el que gestionaba Parque Central, pero Nicolás Maduro ordenó su extinción y transferir las competencias a CorpoCapital.
La pancarta
Hay vecinos como Martha*, con más de 20 años viviendo en Parque Central, que aseguran que la pancarta es “propaganda pura y simple” del más reciente presidente de CorpoCapital, Tamanaco Lara. Otros vecinos, como Daniel* y Pedro*, quienes ya van para más de 40 años viviendo allí, no tienen idea de si se trata de un nuevo plan de restauración.
“A los vecinos no nos informaron nada, aquí nos enteramos a través de redes sociales. Cuando (Lara) habla en sus redes de los vecinos, se refiere solo al grupito chavista, de resto no hay comunicación”, dijo Martha.
Los buenos tiempos
Daniel y Pedro hablan desde el nivel Lecuna sobre lo diferente que era Parque Central antes de la llegada a la presidencia de Hugo Chávez. Cuando se les pregunta sobre el comienzo del deterioro de Parque Central, su respuesta casi unísona es “¡desde que llegó la revolución!”.
Pedro voltea hacia su lado derecho y ve hacia el fondo de un local clausurado y recuerda que esa era “tremenda tasca, muy bonita”. Y tampoco deja de mencionar que antes había siete sedes de bancos del país. Ahora solo queda uno.
Daniel recuerda que, además de los rascacielos y el complejo urbanístico, Parque Central solía ser un espacio cultural. Los vecinos confirmaron que antes se podía llegar al Teatro Teresa Carreño por medio de una pasarela que ha estado clausurada desde hace “mucho tiempo”.
“Esto era una belleza” dice, al tiempo que mira hacia el techo y señala que una gestión anterior de CorpoCapital prometió arreglar el techo, pero al final nada más removieron las externas y dejaron todos los ductos y el cableado al descubierto, sin terminar el proyecto.
Los sótanos
“Los tres sótanos son un verdadero desastre”, comenta Daniela. Mientras que Daniel los describe como “un Inframundo” al que no recomienda a nadie que baje sin compañía. Y Pedro completa diciendo que el sótano 3 se convirtió en un lugar al que van personas a “drogarse” o a dormir, en el caso de las que están en situación de calle.
En la cuenta de Instagram de CorpoCapital aparecen varios videos en los que muestran trabajos de limpieza en estos sótanos y otros espacios. También la instalación de una bomba de achique para la extracción de agua en el sótano 3.
Para Daniela, como comerciante de Parque Central, esta gestión “ha intentado hacer cosas”, pero a su vez considera que los problemas de Parque Central son muy profundos y hace falta mayor inversión.
Sobre los ascensores, los vecinos comentaron que los que suben desde los sótanos no sirven. Y que, de tres, aproximadamente solo funciona uno por cada torre residencial. “Ha ocurrido que se dañan todos los ascensores de una torre y los vecinos de otra tienen que compartir el ascensor, ya que todas las torres se conectan”, cuenta Pedro.
Impuestos
El cierre del local de Daniela parece inminente no solo por las pocas ventas, sino también por el aumento constante de los pagos de impuestos municipales y de servicios, y pone como ejemplo el pago mensual de la patente de su local.
“El mes pasado nos cobraron aproximadamente 700 bolívares, ya este mes fueron 1400 bolívares. Todos los meses duplican el costo. Eso perjudica a los microempresarios como yo”.
Con respecto al pago de condominio, los vecinos entrevistados comentaron que pagan aproximadamente 100 bolívares, el equivalente a unos tres dólares. Aunque acotan que muchos vecinos no los pagan.
Con información de Crónica Uno