Grupos criminales brasileños aumentan su control sobre la Amazonia

0
Foto: Archivo

Según el informe oficial las banda criminales de Brasil han incrementado el control sobre la selva sudamericana Amazonia y el mercado de etanol

La semana pasada fue divulgado el Informe 2024 del Foro Brasileño de Seguridad Pública, organización que reúne investigadores, gestores públicos, policías y operadores de justicia. El Brasil que retrata el informe presenta algunas novedades sobre las que domina, sin embargo, una tendencia negativa de expansión sin precedentes del crimen organizado. Por un lado, el número de muertes violentas fue el más bajo de los últimos 13 años, con 46,3 mil homicidios. Los estados con mayor índice de asesinatos son el estado amazónico de Amapá y los de Bahía y Pernambuco, en el nordeste del país. Entre las 10 ciudades más violentas se encuentran Santana, en el estado de Amapá, y seis en el estado de Bahía, entre ellas Camaçari y Jequié.

Por otra parte, la situación sigue siendo grave en la Amazonía, hasta el punto de que el gobierno -que ya había renovado la presencia de la Fuerza Nacional hasta finales de 2024- ha decidido ampliarla a Boa Vista y Pacaraima, en el estado de Roraima, en la frontera con Venezuela, y en cuatro zonas indígenas de Rio Grande do Sul, en el Brasil meridional. Los expertos en seguridad llevan tiempo denunciando, especialmente en la región amazónica, la falta de una estrategia a largo plazo, sustituida por decisiones puntuales y limitadas en el tiempo, como el uso de la Fuerza Nacional, cuando la presión de la opinión pública es mayor. En la Amazonía se está expandiendo, especialmente, la principal facción de Río de Janeiro, el Comando Vermelho (CV), interesado tanto en el narcotráfico como en la minería ilegal. El grupo controla la principal arteria fluvial para el transporte de cocaína ilegal, madera y oro, a saber el Río Solimões.

Hasta 2016, este río estaba controlado por La Familia del Norte, otro grupo criminal local; hoy allí domina el CV. En cuanto al Primer Comando Capital (PCC), la organización criminal más importante de Brasil, se está expandiendo hacia la minería ilegal, especialmente en Roraima, Rondonia y Mato Grosso. Como ya había señalado en un informe titulado “El nexo entre delincuencia y drogas en la cuenca del Amazonas” la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) en 2023, “las actividades de los narcotraficantes que financian y proporcionan apoyo logístico a las actividades ilícitas en las operaciones de extracción de oro en toda la región, incluidas las reservas indígenas, están aumentando en la región, y se están expandiendo a la tala ilegal y el tráfico de vida silvestre”. Según informó la organización ecologista Greenpeace, en el primer semestre de 2024 se desbrozaron 417 hectáreas de tierra, equivalentes a 300 campos de fútbol, debido a la expansión de los mineros ilegales.

Pero el tráfico de drogas domina todas las actividades ilegales. Según el 18º informe anual de Seguridad Ciudadana, en diez años, de 2013 a 2023, las incautaciones de cocaína aumentaron un 73% y, en total, se incautaron 730 toneladas en esta década. Solo en 2019 fueron secuestradas 104,6 toneladas. Sin embargo, esto es la punta del iceberg, como demuestran las incautaciones en los puertos de destino y las estimaciones de las fuerzas policiales europeas. Brasil es el segundo mercado mundial de consumo de cocaína, solo superado por Estados Unidos. El país se ha convertido en “un importante centro logístico de distribución de drogas”, confirma Renato Sérgio de Lima, presidente del Foro Brasileño de Seguridad Pública.

La región centro-oeste registró el mayor volumen de toneladas incautadas en 2023. El estado de Mato Grosso, en particular, gracias a su geografía -limita con Bolivia y no está lejos de Paraguay- ha desempeñado un papel importante en el flujo del narcotráfico internacional. No es casualidad que la ciudad de Sorriso se encuentre entre las más violentas del país. Según los datos, el volumen de cocaína incautada en Mato Grosso es superior al de todo el norte de Brasil.

Además de Mato Grosso, los estados de San Pablo, Paraná, Rondonia y Pernambuco también han registrado recientemente el mayor volumen de secuestros de cocaína. Todas las ciudades más violentas estén situadas en puntos estratégicos de distribución de drogas, cerca de un puerto o aeropuerto o de una infraestructura importante para este flujo ilícito. Sólo en la ciudad de San Pablo se han contabilizado 72 “crackolandias”, o aglomeraciones al aire libre donde se vende y consume crack, repartidas en 47 barrios, y el centro de la ciudad se ha transformado en los últimos años en el epicentro de este drama nacional.

El puerto de Santos, en el estado de San Pablo, sigue siendo un importante corredor para el tráfico de cocaína hacia Europa, gracias también a la presencia cada vez más fuerte de la ‘ndrangheta, la mafia calabresa. Según una información exclusiva de Infobae, los 500 kilos de cocaína descubiertos el pasado 15 de julio en un cargamento de azúcar en una terminal de contenedores de Cubatão, no lejos del puerto de Santos, estaban destinados a la poderosa organización del sur de Italia. “Vamos hacia un narcoestado”, declararon a Infobae agentes de la policía brasileña, que expresaron su preocupación por el crecimiento exponencial del narcotráfico en el país y la impunidad generalizada de los narcotraficantes. El 27 de junio, la Receita Federal publicó una ordenanza, válida hasta fin de año pero sujeta a renovación, que obliga a los escáneres del puerto de Santos a controlar los contenedores con destino a Líbano, Rusia, Australia, Indonesia, Hong Kong, Turquía, Georgia, Siria, Israel y Arabia Saudí, lo que muestra cómo la droga que sale de Brasil llega ahora a los mercados más distantes y diversos.

Con información de Infobae