Un estudio en el que ha participado el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) ha identificado marcadores inflamatorios relacionados con el pronóstico del cáncer de mama que ayudan a definir en qué casos puede haber mayor o menor supervivencia.
Se trata de un estudio prospectivo publicado en el British Journal of Cancer en el que se ha analizado la asociación entre los niveles de varios marcadores de inflamación en sangre, medidos en más de 1.500 mujeres antes de que recibieran un diagnóstico de cáncer de mama, y su supervivencia a largo plazo.
Concretamente, el trabajo, en el que también han colaborado el Instituto Catalán de Oncología (ICO) y la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), ha incluido a 1.538 mujeres que han sufrido cáncer de mama, pertenecientes a la cohorte europea EPIC y procedentes de ocho países diferentes.
Por un lado, se han cuantificado los niveles en sangre de una serie de citoquinas, moléculas relacionadas con la inflamación, a partir de muestras extraídas antes del diagnóstico de cáncer, y se ha realizado un seguimiento medio de siete años.
Los resultados han mostrado que los niveles elevados de algunas citoquinas, como la interleucina 6 (IL-6), la interleucina 10 (IL-10) y el factor de necrosis tumoral alfa (TNFα), están asociados a una menor supervivencia, con mayor impacto en las mujeres que eran postmenopáusicas en el momento del diagnóstico.
«Las mujeres con mayores niveles de IL-6, IL-10 y TNFα presentan un incremento del riesgo de mortalidad global de entre un 20 y un 40 %», ha detallado la doctora Carlota Castro, primera autora del estudio e investigadora postdoctoral en el grupo de nutrición y cáncer del IDIBELL y el ICO.
Este descubrimiento avala la hipótesis de que la inflamación crónica puede influir en la progresión del cáncer de mama, aunque los investigadores subrayan la importancia de realizar otros estudios que recojan y analicen muestras de sangre tomadas en diferentes momentos antes y después del diagnóstico.
Los investigadores han destacado que es «fundamental» que estos estudios tengan una representación suficiente de todos los subtipos de cáncer de mama para establecer conclusiones más específicas en relación con estos mecanismos biológicos.
El estudio de investigación europeo prospectivo sobre nutrición y cáncer (EPIC) es un proyecto colaborativo de gran escala y a largo plazo que investiga las relaciones entre la dieta, la nutrición, el estilo de vida, los factores ambientales y la incidencia de cáncer y otras enfermedades crónicas en Europa.
Cuenta con datos sobre el estilo de vida, alimentación, medidas antropométricas y muestras de sangre de cerca de 520.000 participantes de diez países europeos y ha dado lugar a la publicación de más de 3.000 artículos científicos.
Vía: EFE