Sudamérica enfrenta una crisis ambiental sin precedentes. Miles de incendios forestales arrasan vastas extensiones de bosques en al menos cinco países de la región. Las autoridades detallan que el fuego se debe a una combinación de factores, como la sequía prolongada, las altas temperaturas, la deforestación y prácticas agrícolas insostenibles.
Perú, por ejemplo, ha perdido aproximadamente 28 mil hectáreas y Colombia más de 12.800. Brasil —el país más afectado— varios millones de hectáreas, especialmente en la Amazonía. Entretanto, en Paraguay el fuego ha consumido 190 mil hectáreas y en Bolivia alrededor de 3,8 millones.
En la Amazonía peruana y otras regiones de ese país, los incendios forestales han provocado la muerte de al menos 15 personas, informó el lunes 16 de septiembre el ministro de Salud de Perú, César Vásquez.
Sumado a esto, Vásquez dijo en una rueda de prensa que otros seis permanecen hospitalizados y 128 fueron dados de alta.
Hasta el momento, 28 mil hectáreas han sido afectadas por los incendios forestales desatados en las regiones peruanas de Amazonas, Áncash, Apurímac, Ayacucho, Cajamarca, Cuzco, Huancavelica, Huánuco, La Libertad, Madre de Dios, Pasco, Piura, Tumbes y Ucayali.
El ministro peruano también anunció que el Ministerio de Salud envió brigadas a las zonas afectadas para brindar atención médica y está en alerta permanente. De acuerdo con la información, el organismo creó equipos especializados para atender los problemas de salud relacionados con la inhalación de humo y otros efectos derivados de la exposición a los incendios.
Comentó que el Ejecutivo peruano evalúa una posible declaratoria de emergencia en las regiones afectadas por los incendios forestales, aunque horas antes, el primer ministro, Gustavo Adrianzén, descartó por el momento esta posibilidad.
Más de 12 mil hectáreas arrasadas en Colombia
Por su parte, más de 12.800 hectáreas de bosques han sido arrasadas por 20 incendios en Colombia, informó este lunes 16 de septiembre la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd), que aseguró que “la situación no está fuera de control”.
De acuerdo con las cifras de la Unidad, las llamas afectan principalmente el centro del país toda vez que de los 20 incendios ocho están en el departamento del Tolima y seis al Huila, incluido uno en Neiva, la capital departamental.
Otros cinco han arrasado vegetación del Cauca y uno más en Nariño.
La Ungrd también aseguró que ya controló tres incendios en el Huila, uno más en Cauca, otro en Boyacá y en Norte de Santander.
“La situación no está fuera de control”, advirtió el director de la UNGRD, Carlos Carrillo, que además aseguró que el Sistema Nacional de Gestión del Riesgo está operando y coordinando los recursos aéreos y terrestres para extinguir los incendios.
Para combatir las llamas, originadas principalmente por las elevadas temperaturas y la ausencia de lluvias, las autoridades han destinado el envío de helicópteros con el sistema Bambi Bucket y aeronaves con el sistema Guardian Caylym de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC), el Ejército y la policía.
Por su lado, la Fuerza Aérea informó que atendiendo las solicitudes del gobierno y en coordinación con el Centro Nacional de Recuperación de Personal (CENRP) y la Ungrd, continúa sus operaciones de apoyo en la extinción de los incendios forestales que afectan los departamentos de Huila y Tolima.
“Estas labores buscan mitigar los efectos devastadores que han causado las altas temperaturas, la deforestación, la pérdida de biodiversidad y los daños a la fauna silvestre en la región”, dijo la FAC en un comunicado.
Unas 40 tierras indígenas sufren ante los incendios en Brasil
Los incendios forestales que se expanden por Brasil en medio de la peor sequía en siete décadas afectaban hasta el 14 de septiembre a unas cuarenta tierras indígenas del estado de Mato Grosso, uno de los más castigados por las llamas en ese país.
Según datos oficiales, el fuego había llegado a 41 de las 86 tierras indígenas delimitadas en Mato Grosso, en cuyo territorio se concentran los biomas de la Amazonía, el Cerrado y el Pantanal, que desde hace meses son devastados por incendios.
La presidenta de la Federación de Pueblos Indígenas de Mato Grosso, Elaine Xunakalo, dijo a periodistas que en algunas de las tierras habitadas por los pueblos originarios las llamas han llegado a las aldeas y obligado a evacuar a sus habitantes.
También fueron afectadas cientos de hectáreas de plantaciones en esas tierras, que son consideradas reservas ecológicas y en las que la actividad agrícola se desarrolla según ancestrales costumbres de preservación, explicó Xunakalo.
Según un laboratorio ambiental de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), entre las regiones indígenas castigadas por el fuego en Mato Grosso están la Tierra Capoto Jarina y el Parque Xingú, que abrigan en conjunto a unas 40 etnias diferentes.
En lo que va del año, según los expertos de la UFRJ, el fuego en la Tierra Capoto Jarina ha consumido unas 82 mil hectáreas, que representan casi el 13 % de ese territorio.
En el caso del Parque Xingú, las llamas han devastado 34.300 hectáreas, equivalentes al 1,3 % de su superficie.
Según el Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE), que vigila la situación por una red de satélites, este sábado había en Brasil un total de 3.820 focos de incendios, de los cuales 1.788 se concentraban en la región amazónica, que sufre la peor sequía que se ha registrado en el país desde la década de 1950.
Las otras regiones más afectadas eran la sabana del Cerrado, en la zona central del país, con 1.262 focos, y el Bosque Atlántico, que discurre a través del litoral marítimo, con 674.
En Paraguay se perdieron casi 190 mil hectáreas
Bajo una temperatura cercana a los 45 grados Celsius, más de 300 personas, entre bomberos voluntarios, militares, funcionarios oficiales y labriegos, trabajan para apagar por tierra y aire un feroz incendio que ha arrasado alrededor de 190 mil hectáreas en una vasta zona de la región del Chaco paraguayo (oeste) fronteriza con Bolivia.
El fuego, que se presume se inició el pasado 2 de septiembre en la zona conocida como Chovoreca, se ha extendido en los alrededores del distrito (municipio) de Bahía Negra, en el departamento de Alto Paraguay (noroeste), e incluso ya alcanzó el área silvestre protegida Monumento Natural Cerro Chovoreca.
El área afectada se encuentra a unos 40 kilómetros de la frontera con Bolivia y 80 kilómetros del linde con Brasil.
“Nosotros nos mantenemos aquí en esta zona entre 40, 45 grados de calor”, explicó el director general de gestión riesgo de la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN), Eduardo Gómez.
Por otra parte, confirmó que hasta la fecha no han tenido “ningún reporte” de heridos o alguna víctima mortal.
En todo caso, admitió que bomberos y trabajadores de las fincas han sido atendidos por presentar dolor de garganta e irritación de los ojos.
Áreas protegidas de Bolivia ceden al fuego
En Bolivia los incendios forestales persisten en áreas protegidas y sectores turísticos pese a que el fin de semana se registraron algunas lluvias en el oriente del país, según un informe que dio a conocer este lunes la gobernación de Santa Cruz, motor económico de la nación y la región más afectada por el fuego.
“El fin de semana se registró una lluvia en el departamento que no ha incidido de forma positiva”, afirmó el coordinador de Gestión de Riesgos de la región, Dionisio Castro, en una conferencia de prensa.
También, la gobernación santacruceña informó que actualmente hay 38 incendios activos en cuatro municipios.
Según el monitoreo de esta jornada, las llamas persisten en el Área Natural de Manejo Integrado (ANMI) del municipio de San Matías, la segunda reserva más grande de Bolivia.
Castro informó además que las regiones que forman parte de la Chiquitania, una zona turística y de transición entre el Chaco y la Amazonia de Bolivia, siguen bajo el fuego, que no ha sido aplacado.
En lo que va del año los incendios han devastado unas 3,8 millones de hectáreas de bosques y pastizales, según la información oficial, aunque instituciones privadas reportan más de 4 millones las afectadas.
Con información de EFE