Incidencia de los suicidios en Venezuela y cómo reconocer los signos de alerta

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Foto: Archivo

Hay un tema del que se debe hablar como sociedad. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año alrededor 703 mil personas mueren por suicidio. Vidas que, por una u otra razón, decidieron terminar prematuramente por sentir que no había lugar para ellos en el futuro. Venezuela no escapa de esta realidad. De hecho, el número de casos en el país ha aumentado significativamente en los últimos años.

Las muertes por violencia autoinflingida suelen ser llamadas como una “epidemia silenciosa”. La OMS estima que por cada persona que se quita la vida, existen al menos 20 pensando en hacerlo, pero que lo ocultan por varias razones. Más que un fenómeno que esta generación, es algo que ha existido a lo largo de la historia, pero que en la actualidad se ha vuelto más visible en la medida que la población ha tomado conciencia sobre la importancia de la salud mental y los elementos de la vida moderna que contribuyen a su deterioro.

Por eso, en 2003 la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP) y la OMS establecieron el 10 de septiembre como el Día Mundial para la Prevención del Suicidio. Esto con el fin de promover las herramientas de prevención y atención que puedan ayudar a la gente, así como romper con los estigmas que giran a su alrededor, para que gobiernos y organizaciones puedan actuar de manera eficiente, y las personas pierdan el miedo a pedir ayuda cuando lo necesiten.

Desde 2016 el Ministerio de Salud no ha dado más estadísticas oficiales sobre el suicidio en Venezuela. A la opacidad estatal se suma el propio pudor de las familias, que en muchos casos evitan dar mayor información, lo que dificulta el trabajo de las organizaciones encargadas de llevar el registro y estudiar este fenómeno. Sigue existiendo un subregistro que impide tener cifras más cercanas a la realidad.

Aumento significativo

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Foto: La Verdad Monagas

En su Informe Anual de violencia autoinflingida, publicado el 1° de septiembre, el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) reportó que durante el año 2023 se registraron 2.358 muertes por suicidio en Venezuela, lo que se traduce como 8,2 decesos por cada 100 mil habitantes. Marcó un aumento de 6,5 % respecto al año 2022, cuando se registraron 2.173 suicidios. Aunque existen datos específicos de estados como Mérida, Zulia o Lara, la organización aún no tiene un reporte de todo el país con datos del año 2024.

No obstante, sigue lejos de los valores máximos alcanzados en 2018, cuando la tasa de suicidios alcanzó el promedio de 9,3. Esto en plena emergencia humanitaria compleja, lo que la organización vinculó a un mayor desgaste de la salud mental de los venezolanos. Aunque estos indicadores bajaron en 2019 a la par que la recuperación económica que experimentó el país por la dolarización, volvió a subir con la pandemia de covid-19, manteniéndose desde entonces un promedio de 8 muertes por cada 100 mil habitantes.

En cuanto a la distribución geográfica, Mérida se mantiene como el estado con la tasa local más alta, de 15,5. El OVV indicó que las cifras de suicidios se incrementaron en 17 entidades y disminuyeron en otras siete, siendo Delta Amacuro, Sucre, Nueva Esparta y Amazonas los que registraron el aumento más abrupto. Distrito Capital ocupa el tercer lugar en la tabla (13,3), mientras que Táchira está en el segundo (13,6).

Todo parece indicar que la fluctuación del nivel numérico de la tasa en cuestión en Venezuela continúa siguiendo el ritmo que le imprime principalmente los altibajos de la emergencia humanitaria compleja y sus impactos asociados, en conjunto con el peso que puedan tener sobre las personas diferentes factores de riesgo relacionados con conductas suicidas”, expresa el informe.
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Foto: Unsplash

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la tasa promedio de suicidios en el mundo es de 9,5 casos por cada 100 mil habitantes. Bajo este panorama, Venezuela se encuentra por debajo de la media mundial, lejos de los países que encabezan la lista como Lesoto (87,5), Groelandia (59,6), Guyana (31,3) o Corea del Sur (25,8). Esto por datos de 2021 del Instituto de Medición y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington (IHME).

El informe del OVV también lo sitúa en el séptimo lugar dentro de América del Sur, en los que Guyana se mantiene en primer lugar, seguido por Suriname (23,6) y Uruguay (21,3). No obstante, la organización resalta que en este caso, indiferentemente de que sus cifras sean menores a las de otros países, estos informes deben llamar la atención de las autoridades por su crecimiento, que hoy está al nivel de países como Brasil o Irlanda.

“El problema de Venezuela no es que presente una tasa elevada en comparación con la del mundo o la de otros países con los valores más elevados. El problema en nuestro país es que la tasa se incrementó, y, según el IHME, ese ascenso se ha dado durante los años de la emergencia humanitaria compleja”, destaca.

Caso Mérida 

#TeExplicamosElDía | Miércoles 22 de septiembre
Hospital Universitario de los Andes, Mérida. Foto: cortesía

El caso de los andes venezolanos, y específicamente del estado Mérida, ha sido objeto de estudio desde hace décadas. Se estima que desde 1995 la entidad comenzó a liderar los índices nacionales, y desde el año 2001 el problema no ha hecho más que agravarse. Muchos de sus puentes y elevados se han convertido en lugares marcados por múltiples historias de personas que se han arrojado al vacío. La situación ha llegado al punto de que funcionarios y voluntarios con frecuencia hacen patrullajes en estos sitios, buscando llegar a tiempo para salvar una vida.

En agosto, el OVV indicó que entre enero y julio de 2024 se documentaron 28 muertes por violencia autoinfligida, lo que arroja un promedio de cuatro casos por mes. Bajo esas proyecciones, se estima que el año podría cerrar con 48 casos, una reducción respecto a 2023, cuando se registraron 53 muertes consumadas.

A pesar de que esta tendencia a la baja se ha mantenido por dos años seguidos, no dejan de alertar un aumento en el número de intentos de suiciduio. Señala que en el mismo periodo se registraron 28 intentos, lo que arrojaría la misma proyección para diciembre que de muertes consumadas. Y contrario al indicador anterior, este aumentaría respecto a los 33 intentos de 2023.

El tabú para hablar sobre el tema hace que el subregistro de intentos (y de hechos consumados) pudiera ser mucho mayor al manejado por los organismos y autoridades regionales. De hecho, usando un procedimiento matemático de ajuste, investigadores del OVV estiman que al menos 1.429 hechos reportados como “muertes de intención no determinada (MIND)” en Mérida entre 2001 y 2020 podrían tratarse en realidad de suicidios.

¿Dónde buscar ayuda en Mérida?

El OVV compartió recientemente una lista de organizaciones e instituciones ubicadas especialmente en Mérida y que pueden ayudar en caso de necesitarlo, de forma gratuita o a muy bajo costo:

Dirección de Asuntos Estudiantiles (DAES-ULA): 0414-3555388
Uniandes: 0424-7292024
Centro LGTBIQ+: @centrolgtbiq / 0412-9332582
Federación de Psicólogos de Venezuela: 0212-4163116 / 0212-4163118
Médicos Unidos: @MUV_Mérida
Pastoral Familiar: 0414-7239735
Psicólogos Voluntarios: @ppv_merida
IAHULA: 0274-2639304
Instituto Merideño de la Mujer y la Familia (IMMFA Mérida): 0274-2668116
IPASME: 0274-2441259
Fundación Regional El Niño Simón: 0274-2636151
Oficina Estadal Antidrogas: 0274-2711887
Dirección Estadal para la Educación: 0274-2515983
Consejo Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes (IDENNA): 0274-2622867
Cáritas Mérida: 0274-2510174
Hospital San Juan de Dios: 0274-2713661 / 0274-2715238
Asociación Damas Salesianas: 0274-2621947

Hombres y adultos mayores

Incidencia de los suicidios en Venezuela y cómo reconocer los signos de alerta
Foto: Pixabay

El informe resalta que los hombres siguen siendo el sector de la población más vulnerable al suicidio, representando el 87 % de los casos registrados frente a un 18 % de mujeres. Un patrón que se repite en las estadísticas mundiales de la OMS, como un llamado de atención sobre la importancia de hablar abiertamente del tema entre varones, quienes suelen ser más vulnerables a estigmas y silencios en lo relacionado a su salud mental.

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En rango de edad, resalta que el 50,9 % de los casos ocurrió en adultos de entre 30 y 64 años de edad, esto al ser el sector demográfico más grande del país. Le siguieron los jóvenes de entre 18 y 24 años de edad, con 15,7 % (58 casos), mientras el grupo de 25 a 29 años ocupó un 8,1 % (30 casos). Un sector importante es el de adultos mayores, que abarcó el 12,2 % con 45 casos.

Las estimaciones del IHME muestran un claro aumento en el número de casos de muertes por suicidio en personas de 50 años y más. Estos resultados podrían estar conectados con el éxodo migratorio de venezolanos hacia el extranjero, donde más del 80 % de las personas que han emigrado se encuentran entre los 15 y 49 años, tomando cada vez mayor importancia numérica y porcentual los adultos (50-64 años) y adultos mayores (65 años y más), los cuales quedan expuestos –unos más que otros– a diversas situaciones adversas derivadas de la crisis humanitaria que aún persiste en Venezuela”, acota.

Finalmente advierte que el resto pertenece a casos de menos de edad, siendo el 10,8 % (40 casos) adolescentes y 2,2 % (8 casos) niños y niñas de hasta 11 años de edad.

Hay que hablarlo

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Foto: Freepik

La OMS y la IASP declararon que el lema para el Día Mundial para la Prevención del Suicidio para el año 2024 es “Cambiar la Narrativa”. Es decir, eliminar los estigmas alrededor de la idea del suicidio, y cambiarlos por un discurso más empático y útil. Permitir a la gente hablar sin miedo sobre sus problemas para que puedan conseguir ayuda a tiempo, mientras se promueve que tanto organizaciones como medios de comunicación ofrezcan información científica, comprensible y responsable, lejos de los tabúes y el morbo.

Al respecto, el OVV cita en un comunicado a la psicóloga Yodelis Acosta, investigadora del Centro de Estudios del Desarrollo (Cendes) de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Señala que precisamente es importante pone al suicidio y la violencia autoinfligida en la agenda informativa para visibilizar los casos desde su factor humano, de las personas que han perdido la vida por problemas de salud mental que no deben ser tratados con verguenza ni pudor. Por el contrario, muchos pueden ser prevenidos al tratarlos con profesionales.

“Tener un problema de salud mental no es debilidad. Al contrario, los venezolanos hemos tenido muchos factores que lesionan y afectan nuestro bienestar. Y lo opuesto a bienestar es malestar”, dijo.

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Foto: cortesía

Indicó que existen diferentes niveles en los cuales se debe atender la prevención de la violencia autoinfligida. El primero viene de su reconocimiento como problema de salud pública, y ver más allá de lo evidente. Es decir, de todo ese universo de autolesiones e intentos no consumados que suele pasar desapercibido.

“Yo trabajaría como investigador con ese grupo, para comprender la psicología del suicida, sus patologías previas o sus antecedentes. Buscar entender el sufrimiento de una persona que la lleva a tomar esa decisión, para saber cómo la podemos acompañar, cuáles son las señales de alarma, o los indicadores a los que la familia debe estar atenta”, explicó.

En un segundo nivel, es importante que el entorno familiar aprenda a identificar las señales de alerta y cambios de comportamiento de alguno de sus miembros. Aconseja evitar el aislamiento y actuar tempranamente sin juzgarlos, algo que se puede extender también a los grupos de amigos o ambientes laborales. Finalmente, señala que a nivel del Estado es necesario crear más espacios de atención psicológica y campañas que ayuden a superar los estigmas sociales.

Señales de alerta

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Foto: Unsplash

Cada mente es distinta y hay un amplio espectro de maneras en las que una persona puede expresar o somatizar la depresión o los pensamientos que lleven a la autolesión. No obstante, existen algunos patrones comunes que pueden ayudar a alertar a los seres cercanos, o incluso al propio paciente, en caso de atravesar por este cuadro.

En una entrevista ofrecida a El Diario en 2023, el psiquiatra Carlos Tineo mencionó algunos de los indicios claros y más comunes de que hay ideación suicida presente:

– Deja de comer o ingiere comida en exceso

– Falta de energía con tendencia a permanecer en cama

– Se aísla y evita hablar con personas de su entorno

– Descuida su higiene

– Incapacidad de experimentar placer en actividades que antes disfrutaba

– Presenta problemas para conciliar el sueño o duerme demasiado

– Comentarios constantes sobre dejar de existir, desaparecer o morir

Siempre hay una opción

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Foto: Archivo

Es importante recordar que más allá de las situaciones particulares de cada persona, siempre existe una esperanza de salir adelante. Incluso cuando la situación política y humanitaria de Venezuela ha contribuido al deterioro de la calidad de vida a extremos que de acuerdo al OVV han sometido a los ciudadanos a niveles de malestar que, en algunos casos, han derivado en patologías como el estrés postraumático o la depresión.

Aunque para una persona bajo este estado normalmente suele ser complicado ver una salida que no sea atentar contra sí mismo, lo cierto es que siempre hay un margen para la esperanza. Una segunda oportunidad que a veces puede encontrarse en una conversación sincera con un ser querido o una llamada para pedir ayuda. Por ese motivo es vital saber, primero, que existen opciones para no afrontar solo sus problemas; y segundo, cuáles son estos lugares a los que se puede acudir.

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Diferentes organizaciones ofrecen atención psicológica gratuita, en modalidades tanto remotas como presenciales. Algunos de ellos son:

-Federación de Psicólogos de Venezuela: brinda primeros auxilios psicológicos de forma anónima y confidencial de viernes a domingo, entre las 8:00 am hasta las 8:00 pm. La organización creó un programa llamado Línea de Ayuda Psicológica (LAPSI). Los números de teléfono son (0212)416-31-18 y (0414)534-29-32, el correo electrónico redes.fpv.org@gmail.com y a través de sus redes sociales @fpv_ve y@fpv_vzla.

-Sociedad Venezolana de Psiquiatría: ofrece ayuda psicoemocional a través de mensajes de texto a WhatsApp con atención de lunes a domingo desde las 9:00 am hasta las 6:00 pm. El número de contacto es (0426)519-66-18.

-Psicólogos sin Fronteras: dan apoyo psicosocial a personas en crisis o que atraviesan procesos de duelo. Puede contactar con ellos por el número de teléfono (0424)292-56-04, el correo electrónico psfvenezuela@gmail.com o en Instagram @psfvenezuela y en Twitter @Acompdolor

-Fundación Rehabilitarte: cuenta con ayuda psicológica para niños, niñas, adolescentes y adultos de lunes a sábado. Los teléfonos varían dependiendo del día de la atención. Los lunes y martes es (0424) 627-04-39; miércoles a viernes, (0414)961.03.11; y sábados, (0424)607.78.65 o través del correo electrónico: fundacionrehabilitarte@gmail.com

-Cecodap: ayuda de forma gratuita a gestionar las crisis de niños, niñas, adolescentes o familiares de menores de edad abusados. Puede contactar con la organización por teléfono o vía WhatsApp a través de (0414)269-68-23 y (0424)284-23-59. También en sus redes sociales @Cecodap o su página web www.cecodap.org

-Por nosotras: la Asociación Venezolana para una Educación Sexual Alternativa (AVESA) ofrece ayuda psicológica a pacientes víctimas de abuso sexual de martes a sábado de 8:00 am hasta las 8:00 pm. Los números de contacto son: (0424)165-97-42 y (0212)414-51-14.

Con información de El Diario