El Ejército israelí, que profundiza cada vez más su incursión terrestre en la Franja de Gaza, informó este jueves de que sus fuerzas aéreas mataron a un jefe de unidad de misiles antitanques del grupo islamista Hamás, en medio de una creciente expectativa por un cese al fuego temporal, al cual ha rehusado Israel.
«Un avión de combate de las Fuerzas de Defensa de Israel mató a Ibrahim abu Maghsib, jefe de la unidad de misiles antitanques de Hamás en la Brigada del Campo Central», indicó un portavoz del Ejército israelí.
Desde que se inició la guerra, Israel ha matado al menos a una docena de comandantes de Hamás.
Por otro lado, las fuerzas de la Armada israelí atacaron los puestos de lanzamiento de misiles antitanque de Hamás, utilizados para disparar a las tropas desplegadas en la Franja.
En tanto, las fuerzas terrestres tomaron «un bastión militar de la organización terrorista Hamás en el oeste de Yabalia», en el norte del enclave, después de 10 horas de combates que se saldaron con la muerte de varios milicianos, el decomiso de armas y la destrucción de túneles, incluido uno ubicado cerca de una guardería, indicó el portavoz.
Durante años, Hamás ha construido una amplia red de túneles en el subsuelo de la Franja y, desde el comienzo de la guerra, unos 130 tramos -muchos de ellos instalados cerca de instalaciones civiles como escuelas o mezquitas según Israel- han sido destruidos por las fuerzas israelíes.
Por otro lado, las tropas identificaron instalaciones de producción y almacenamiento de armas de Hamás junto a una habitación para niños, dentro de un edificio residencial, cercano a las escuelas del barrio de Sheij Radwan, en el norte de Gaza.
El Ejército israelí difundió un video de sus soldados al interior de un edificio dañado por los combates, en los que hay drones, maquinaria y chalecos antibalas. En una secuencia posterior, muestra una recámara pintada de rosa, con juguetes y tres camas pequeñas, con rastros de disparos en sus muros.
«En el edificio se encontraron explosivos y planes operativos de Hamás justo al lado de una habitación infantil», puntualizó el portavoz castrense.
Desde que se inició la guerra, 352 soldados israelíes han muerto, de los cuales al menos 34 en la incursión terrestre en Gaza que se inició el 27 de octubre.
«Sin lugar seguro»
Israel declaró la guerra a Hamás el 7 de octubre tras un ataque del grupo islamista que incluyó el lanzamiento de cohetes y la infiltración de unos 3.000 milicianos que masacraron a unas 1.400 personas -la mayoría civiles- y secuestraron a otras 240 en las aldeas israelíes cercanas a Gaza.
Desde entonces, Hamás no ha cesado de lanzar cohetes hacia suelo israelí, mientras que el Ejército de Israel ha respondido con cotidianos y contundentes bombardeos sobre la Franja de Gaza y una incursión terrestre sin precedentes en los últimos años, que ha dejado más de 10.500 palestinos muertos, 26.400 heridos y 2.550 desaparecidos, la gran mayoría civiles.
«No hay ningún lugar seguro en la Franja de Gaza, la ocupación israelí no dejó ni un centímetro de tierra sin atacar, lo que dejó cientos de muertos y heridos durante las últimas horas», indicó esta mañana el Ministerio de Sanidad de Gaza, al difundir imágenes de numerosos niños, cubiertos de sangre y polvo, atendidos en un colapsado hospital, aparentemente el Complejo Médico Shifa, ubicado en el norte de la Franja.
Estos hechos ocurren en medio de una creciente presión internacional por un cese al fuego humanitario, a pesar de que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, reiteró anoche su negativa a aceptar una tregua temporal hasta que Hamás libere a los rehenes.
El miércoles, Egipto y Catar estaban mediando entre Hamás e Israel para lograr un alto el fuego de entre uno y tres días a cambio de la liberación de entre diez y 15 rehenes, la mitad de ellos estadounidenses, informaron a EFE dos fuentes cercanas a las conversaciones.
El número de desplazados internos en Gaza supera los 1,5 millones, más de dos tercios de una población de 2,3 millones, que viven hacinados en medio de una escasez de agua potable, alimento, medicinas, electricidad y combustible.
Con información de EFE