La crisis de la vivienda en Francia se enquistó en 2023 con 4,16 millones de personas en situación de precariedad, entre ellas 330.000 sintecho, según la Fundación Abbé Pierre, que considera este problema una «bomba social» que ha explotado.
Las cifras de vulnerabilidad son similares a las recopiladas en el año 2022, y eso significa que las personas sin domicilio en Francia se han más que doblado desde 2012, denuncia en su estudio anual sobre el alojamiento precario esta organización francesa creada por el cura Pierre, fundador de los Traperos de Emaús.
«El impacto extremo de la crisis de la vivienda en los más desfavorecidos -subraya la fundación- se manifiesta en el número intolerable, pero creciente, de niños que viven en la calle, el aumento de los desahucios de alquileres sin alojamiento alternativo y la impotencia de las asociaciones que trabajan para ayudar a los más vulnerables».
Los albergues están saturados, crecen las solicitudes de acceso insatisfechas y no se limitan solo al invierno. En el otoño de 2020, ejemplifica la Fundación, había 920 solicitudes de menores de edad insatisfechas cada noche, en 2022 esa cifra era de 1.700 y en octubre de 2023 era de 2.800.
La austeridad presupuestaria hizo, además, que 2023 fuera el año con el esfuerzo público en materia de vivienda más bajo en comparación al PIB desde al menos 1992, sobre todo en materias como la creación de alojamientos sociales.
El acceso a esta clase de domicilios ha sufrido una «caída brutal» que ya se notaba el año precedente. En concreto, resalta la Fundación, entre 2017 y 2022 la tasa de peticiones insatisfechas pasó del 22 % al 17 %, y la caída fue aún más grave entre los demandantes con menos ingresos, para los que la proporción cayó del 22 % al 12 %.
Pero el sector inmobiliario, que en los últimos tiempos ha lidiado con los efectos de las subidas de los tipos de interés, está en crisis general.
«La construcción está paralizada, los compradores modestos ya no pueden comprar, los bancos prestan mucho menos que antes, los inquilinos ya no encuentran nada que alquilar a precios asequibles, las viviendas sociales están saturadas y la lista de solicitantes no para de crecer», lamenta la Fundación.
Esta crisis, según los autores del informe, «no tiene precedentes», ya que «afecta a todos los ámbitos del mercado inmobiliario al mismo tiempo».
Falta de ambición de las políticas públicas
Otro punto a tener en cuenta en la crisis de la vivienda es la cantidad de residencias consideradas «indignas» por sus condiciones insalubres, que en Francia -un país con una población de unos 68 millones de personas- se cifran en 600.000 por todo el territorio.
«La lucha contra la infravivienda -fenómeno que somete a más de un millón de personas a condiciones de vida muy difíciles y a menudo peligrosas para su salud y seguridad- ha sido durante mucho tiempo el pariente pobre de la acción pública», afirma la fundación.
Frente a todos estos problemas, denuncia el «silencio» y la «falta de ambición» de las políticas públicas, en especial a la hora de atender las necesidades de las clases más pobres.
«El Presidente de la República (Emmanuel Macron) parece haber adoptado el punto de vista de que la crisis de la vivienda se limita a las clases medias», opinó la organización.
Con información de EFE