La inmigración en la República de Irlanda se ha situado en su nivel más alto en diecisiete años tras la llegada de 149.200 personas en los doce meses hasta el pasado abril, según un informe publicado esta semana por la Oficina Central de Estadísticas (CSO).
El análisis de la CSO, basado en estimaciones, indicó que este fue el tercer periodo de 12 meses consecutivo en el que más de 100.000 personas migraron a Irlanda, tras un aumento del 5 % entre 2023 y 2024.
Del total de inmigrantes llegados hasta el pasado abril 30.000 eran ciudadanos irlandeses retornados, 27.000 eran ciudadanos de otros países de la Unión Europea (UE) y 5.400 eran británicos, mientras que el resto (86.800) procedía de “otros países, incluido Ucrania”, precisó el estudio.
Por contra, “más de 69.000 personas” abandonaron Irlanda en los doce meses hasta abril, frente a los 64.000 del periodo anterior, lo que representa la cifra de emigración más alta desde 2015.
Al comparar ambos flujos, la CSO informó de que la migración neta positiva, con más llegadas que salidas, fue de 79.300 personas, el 2,1 % más que en el año hasta abril de 2023.
Asimismo, recordó que se registró un aumento natural de 19.400 personas en el país con 54.200 nacimientos y 34.800 fallecimientos.
Con estos datos, la CSO estimó que la población de Irlanda alcanzó el pasado abril los 5,38 millones, tras sumar 98.700 personas respecto al periodo anterior.
“Este fue el mayor aumento de población en un período de 12 meses en 16 años desde 2008, cuando la población aumentó en 109.200 personas”, puntualizó Eva Leahy, responsable de estadística de estimaciones y proyecciones.
Respecto a la capital del país, la CSO observó que la población de Dublín ha pasado de representar el 27,6 % del total en 2011 al 28,5 %, hasta sumar 1,5 millones de personas, el 2,22 % más desde abril del pasado año.
El repunte de la inmigración ha causado tensiones en Irlanda en los últimos meses, con manifestaciones alentadas por la extrema derecha que han desembocado en episodios de violencia callejera, a las que se suman el descontento de parte de la ciudadanía por el aumento del coste de la vida y la escasez de vivienda.
Vía: EFE