En un mundo donde la moda global se transforma a la velocidad de las redes sociales, emergen espacios donde se encuentran la innovación y la tradición. Este es un fenómeno que ocurre todo el tiempo y es cambiante, como la moda que es por demás dinámica y siempre está en movimiento. En este universo, diseñadores y creativos, son parte de un big bang donde se exploran cómo las tendencias locales e internacionales, pueden ser interpretadas y adaptadas a las particularidades de millones en todo el mundo.
Con una propuesta que fusiona estética, tecnología y creatividad, hay muchos puntos de referencia para la próxima temporada de moda. A través de cinco universos temáticos, un espacio argentino sobresale para ofrecer un recorrido inmersivo por las tendencias que marcarán la temporada de verano 2025/2026, con una propuesta que incluye una paleta de colores con 30 tonos, destacando cinco esenciales: Tomate, Citrus, Island Blue, Kombucha y Pepper.
“La selección de los cinco tonos clave para la temporada surge de un análisis profundo que cruza tendencias globales con una lectura muy enfocada en nuestro mercado: cómo se comporta el consumidor local, qué emociones están en juego, y qué se puede desarrollar realmente desde lo productivo. No es que elegimos colores porque sí. Cada uno de ellos responde a un relato cultural más amplio que atraviesa toda la temporada”, explica Maru Silva de Trend Hub, un espacio de diseño y creatividad que se lleva a cabo dentro de Emitex 2025, que se lleva a cabo en La Rural, Predio Ferial de Buenos Aires, entre el 8 y 10 de abril.
La propuesta se consolida como un evento esencial para la industria textil argentina, reuniendo a los principales actores del sector. Con su enfoque en la profesionalización y la actualización de conocimientos, el evento refuerza la importancia de continuar invirtiendo en innovación y tecnología para mantener la competitividad de la industria y el desarrollo creativo de quienes piensan la moda. Y si hablamos de moda, el color siempre es protagonista.
Organizado por Silva y Pía Kelly, de SUDA, el lugar invita a los asistentes a experimentar y conocer en profundidad las aplicaciones prácticas de las tendencias globales, adaptadas a las necesidades y características del mercado local. Silva detalla a Infobae los tres conceptos clave que hoy definen lo que busca el consumidor, en relación con el Tomate, Citrus, Island Blue, Kombucha y Pepper:
“Nostalgia y lo conocido: hay una necesidad de volver a lo familiar, a lo heredado, a lo auténtico. (Tomate, Kombucha, Pepper) Sensación de calma: en medio de tanta velocidad, aparecen colores que invitan a bajar un cambio, conectar, respirar. (Island Blue, Citrus) Audacia y expresión personal: también está esa búsqueda de sentirse único, de marcar una diferencia en lo homogéneo. (En este caso, si bien no elegimos key colors de esta categoría, sí aparecen tonos vibrantes y expresivos que funcionan como acentos, ideales para jugar con contrastes y destacar detalles.)”.
“Tuvimos muy presente qué funciona comercialmente en Argentina y en Latinoamérica. No todo lo que se impone en Europa o Asia tiene sentido para nuestros consumidores. Por eso buscamos ese equilibrio entre lo aspiracional y lo aplicable, entre lo que emociona y lo que se puede materializar en nuestra industria”, acota Pia Kelly.
Pero, ¿cómo es su trabajo, cómo crean y se inspiran? “Es un mix entre observación, investigación y mucha traducción de lo global a lo local. Nos inspiramos en un montón de fuentes distintas: movimientos culturales, hábitos de consumo, arte, diseño, tecnología, sociología… pero también en cosas cotidianas. A veces una vidriera, un packaging, una experiencia de compra, te dispara una idea que después termina en un color o en un material”, dice Maru.
“Una parte fundamental de nuestro proceso son los viajes de producto que hacemos. Vamos a ferias internacionales, recorremos ciudades clave y eso nos permite ver en primera persona cómo se está moviendo cada mercado. Qué se está desarrollando, qué se vende, qué emociona. Nos ayuda a entender los ciclos, los tiempos y sobre todo las oportunidades. También nos sirvió muchísimo la experiencia en China. Pía vivió allá tres años y yo viajé muchísimas veces. Eso nos dio un conocimiento profundo del desarrollo textil en origen: entendemos los procesos, las capacidades de las fábricas, y qué materiales se están produciendo según las necesidades de cada región”, suma Kelly.
Y después, explican las expertas, está el contacto directo con la industria local. “Hablamos con marcas, con proveedores, con diseñadores. Escuchamos mucho. Porque si no entendemos qué desafíos tienen, qué les preocupa o qué pueden desarrollar realmente, sería imposible proponer tendencias que se puedan llevar a la práctica”, agrega Kelly, quien aclara, están ofreciendo su propia paleta de color extendida, donde no solo comparten los tonos clave de la temporada, sino que también “ se proponen combinaciones posibles, criterios de uso según rubros o tipos de textil, y una evolución del color pensada específicamente para el mercado local”.
El Trend Hub no solo ofrece inspiración, sino también herramientas prácticas para los profesionales del sector. A través de recorridos guiados diarios, los asistentes pueden explorar los diferentes universos temáticos y recibir un análisis detallado de las tendencias y colores que se posicionarán para la próxima temporada.
“Las tendencias no responden solo a las demandas de los consumidores, sino también a cómo las redes sociales pueden convertir modas en fenómenos globales rápidamente. La clave está en cómo trasladamos esas influencias a nuestro contexto local”, explica Silva.
En ese sentido, el Trend Hub busca conectar las tendencias internacionales con los desafíos y oportunidades del mercado argentino, proporcionando información aplicable directamente al trabajo de los diseñadores y confeccionistas.
¿Cómo se da en este contexto la evolución de la industria textil argentina en relación con las tendencias globales, especialmente en términos de innovación y adaptabilidad? “La industria textil y de la moda en Argentina tiene una identidad muy marcada. Hay una base creativa superpotente, con marcas y diseñadores que vienen apostando desde hace años por una visión más conceptual, más de autor, y con un enfoque claro en lo local y lo sostenible”, dice Kelly.
“Lo que vemos ahora es que hay una nueva camada de proyectos que ya nacen directamente con ese propósito bien incorporado desde el inicio: transformar la industria desde adentro, con foco en trazabilidad, circularidad, producción consciente y diseño con impacto. Igual, hay que decirlo: todo esto representa solo una parte del panorama. Muchas veces se trata de un nicho que avanza gracias al enorme esfuerzo de sus protagonistas. Porque emprender y sostener propuestas innovadoras en Argentina no es fácil. Hay limitaciones estructurales, falta de acceso a tecnología, dificultades productivas y un contexto económico que puede condicionar bastante los procesos creativos”, agrega Maru Silva.
¿Qué novedades presenta el Trend Hub este año y cómo esperan que los profesionales lo aprovechen para adaptarse a las tendencias globales? “Este año pensamos el Trend Hub como un puente real entre inspiración y desarrollo. No queríamos que quedara solo en mostrar lo que se viene, sino que sirviera para aterrizar esas ideas a la realidad de la industria local”, amplia Kelly.
Y cierra: “El espacio tiene una narrativa visual y conceptual muy fuerte, pero también una dimensión súper concreta: se pueden ver, tocar y explorar textiles reales desarrollados por los expositores. La idea es que quien lo recorra se lleve no solo inspiración, sino herramientas tangibles para aplicar en su trabajo. Además, nos enfocamos mucho en generar una experiencia interactiva. Queremos que sea un lugar de encuentro, donde se generen diálogos, nuevas conexiones y oportunidades de colaboración. Porque entendemos que el futuro del diseño y la moda se construye en red, compartiendo saberes y desafíos.
Con información de Infobae