Las enfermedades de la piel pueden contribuir al desarrollo de alergias alimentarias

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Foto: Archivo

Nuestro cuerpo es un ecosistema vivo, una cadena de engranajes en la que todo se encuentra conectado. Partiendo de esta premisa, un equipo de científicos acaba de descubrir un vínculo entre nuestra piel y el intestino, concretamente entre las enfermedades cutáneas y las alergias alimentarias.

Las afecciones cutáneas crónicas, como es el eccema, están relacionadas con las alergias alimentarias. Esta es la conclusión a la que han llegado investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale (Estados Unidos), quienes, a raíz de datos de salud nacionales, han observado que el 30% de los niños con eccema sufren alguna alergia alimentaria, frente al 8% de los niños sin enfermedades cutáneas.

La dermatitis atópica es una afección que hace que la piel se seque, pique y se inflame, explica la Clínica Mayo. Además, puede provocar irritación, pero no es contagiosa. El tratamiento del eccema puede incluir ungüentos o cremas medicinales para aliviar la picazón y prevenir nuevos brotes.

El estudio, publicado en la revista Science Immunology, apunta que el daño en la piel puede desencadenar alergias alimentarias. Tras trabajar con ratones, los científicos descubrieron que la introducción de nuevas proteínas alimentarias directamente en el intestino a través de una sonda de alimentación en el momento de la lesión cutánea inducía nuevas alergias alimentarias en los animales.

Este alimento debía ser nuevo para los roedores, pues no desarrollarían alergias a alimentos que ya conocían. Además, la introducción del alérgeno debía ocurrir en las horas posteriores a la lesión que habían sufrido en la piel.

Previamente a estos hallazgos, no se sabía si existía una relación entre eventos que ocurren tan alejados unos de otros en el cuerpo. “Es un cambio de mentalidad que estas cosas no tienen por qué ocurrir en el mismo lugar del cuerpo”, afirmó el Dr. Daniel Waizman, exestudiante de doctorado de YSM y autor principal del estudio, quien ahora es investigador postdoctoral en la Universidad de California, San Francisco. “Necesitamos analizar con más detalle cómo se comunican entre sí estos diferentes sistemas orgánicos”.

A las bacterias problemáticas les gustan estas 3 regiones de la piel más que otras.

Las lesiones de la piel y otras enfermedades

En el estudio, los investigadores identificaron varias citocinas, que son las moléculas que libera el sistema inmunológico cuando está activo, esenciales para el desarrollo de la alergia a la clara del huevo. La hipótesis planteada es que una célula inmunitaria hasta ahora desconocida es la responsable de coordinar las señales entre la piel y el intestino para desencadenar la alergia.

A pesar de que probablemente este descubrimiento no tenga una relevancia directa para el tratamiento de las alergias alimentarias en humanos, sí pone el foco en la importancia de no ignorar las lesiones de la piel. La enfermedad inflamatoria intestinal y la artritis reumatoide también se han vinculado con el eccema, y ​​la psoriasis aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas.

“Como dermatólogo, para mí, estos hallazgos realmente resaltan la importancia de tratar la inflamación cutánea”, dijo Eisenstein. “Tratar las enfermedades cutáneas va más allá de tratar solo lo visible, sino también la inflamación interna y la posibilidad de otras enfermedades sistémicas”.

Con información de Infobae