¿Eres más de perros o de gatos? Dicen que las mascotas se parecen a sus amigos humanos. Que tendemos a elegir a una cuya personalidad vaya acorde con la nuestra. Si tenemos en cuenta que las actitudes de perros y gatos son bastante diferentes, tiene sentido que nuestra personalidad nos haga decantarnos más por unos que por otros. Ahora bien, ¿qué fue antes, el huevo o la gallina? Es decir, ¿nuestras mascotas moldean nuestra personalidad o las elegimos según nuestra forma de ser?
Esto es lo que analizaron recientemente dos científicas de la Universidad James Cook, en Australia. Tras encuestar a 329 personas sobre sus mascotas, percibieron que es totalmente cierto que hay tendencias con respecto a la elección de perros o gatos.
Especialmente las diferencias eran más marcadas en lo referente a la actitud frente el estrés y la ansiedad. Parece que las personas que eligen a los perros son menos tendentes a la ansiedad que quienes optan por los gatos. Puede que compartas tu vida con un perro y estés pensando que eso no es cierto. Teniendo en cuenta la cantidad de personas que hoy en día padecen ansiedad, por probabilidad, muchas tendrán perro. Pero sí que es cierto que hay factores que pueden hacer que exista esa tendencia.
¿Perros o gatos? Esa es la cuestión
Las autoras de este estudio reciente analizaron tanto la resiliencia de los participantes en el estudio como cinco importantes rasgos de personalidad: extraversión, amabilidad, apertura, conciencia y neuroticismo. Es importante remarcar que a pesar de las connotaciones negativas que se suelen asociar al neuroticismo no es más que un rasgo de personalidad que describe a personas con un sistema nervioso lábil y sobrerreactivo, que les lleva a reaccionar con mucha intensidad y muy persistentemente ante estímulos externos fuertes.
Una de las mayores diferencias a la hora de elegir perros o gatos fue la resiliencia. Las personas que optaban por los primeros solían ser más resilientes. Dado que suele decirse que los perros se parecen a sus dueños, o viceversa, podríamos pensar que este es un rasgo compartido entre los perros y sus amigos humanos. No obstante, teniendo en cuenta el resto de respuestas a la encuesta, sus autoras han llegado a otra conclusión,
¿Eres de retos o de amigos independientes?
Si estás estresado y la vida a veces se te hace un poco bola, es posible que congenies mejor con animales independientes, como los gatos. Sin embargo, si te gustan los retos, asumir responsabilidades e invertir emocionalmente en los demás, es posible que optes por un perro.
Los perros son la antítesis de los gatos en ese sentido. Son animales muy demandantes, de manera que requieren una inversión emocional muy grande por parte de sus amigos humanos. Eso no quiere decir que las personas que conviven con gatos no se involucren emocionalmente con sus mascotas. De hecho, en lo referente a sentimientos hacia ellas, no suele haber tantas diferencias. La clave está en el tiempo dedicado a cubrir sus necesidades.
¿Tiene algo que ver la genética?
Hay estudios que señalan que nuestra genética puede predisponernos a ser más de perros o de gatos. No obstante, las autoras de este estudio consideran que no es así exactamente. La genética puede predisponernos a ciertos rasgos de personalidad y esos serán los que nos llevarán a elegir una mascota u otra.
Cabe destacar que esto no quiere decir que alguien con ansiedad pueda solamente vivir con un gato. Los perros muchas veces sirven como terapia para personas con este y otros problemas de salud mental. Sin embargo, es cierto que algunos perros concretos pueden ser más difíciles de llevar en esas circunstancias.
¿Influye la raza de perros y gatos?
También suele decirse que la raza de tu mascota puede relacionarse con tu personalidad. Es decir, puedes ser una persona con tendencia a la ansiedad y elegir un perro, pero preferentemente una raza menos demandante y más amigable. ¿Y cuáles son esas?
Para responder a esa pregunta tendríamos que basarnos en la certeza de que cada raza de perro o gato tiene una personalidad diferente. Sin embargo, al menos con las de perros, existen estudios que demuestran que las diferencias son más individuales, entre unos perros y otros, que entre razas.
Tú también les influyes a ellos
Finalmente, cabe destacar que la personalidad de sus tutores puede calar mucho en la actitud de los perros. Se ha visto que el trato de los humanos tiene un papel clave en los niveles de estrés de los perros. Eso no quiere decir que se contagien el estrés. Una persona estresada puede no transmitir ese estrés a su perro. No obstante, alguien sin estrés puede tratar a su amigo peludo de manera que le cause desasosiego e intranquilidad. No es la personalidad, sino el trato.
En definitiva, tu mascota define tu personalidad, sí, pero tú también defines la suya.
Con información de Hipertextual