Los científicos quieren que dejes de beber agua embotellada

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Foto: Archivo

Hay personas que siempre beben agua del grifo, mientras que otras prefieren la envasada. En el caso de España, por ejemplo, ambas son seguras y pasan muchísimos controles, pero sobre todo la primera. De hecho, en nuestro país, el agua del grifo es el producto alimentario que se somete a más controles. Por eso, muchos expertos recomiendan optar por esta, ya que es más amigable con el medio ambiente. Además, a eso ahora se suma que, según un nuevo estudio, beber agua embotellada podría conllevar un riesgo que no tenemos suficientemente en cuenta.

Lo ha realizado un equipo de científicos del Weill Cornell Medicine de Qatar. Tras revisar un gran número de estudios sobre el tema realizados en todo el mundo, han comprobado que en casi todas partes ocurre lo mismo que en España: el agua del grifo se somete a más controles. El agua embotellada también se revisa, pero precisamente en esas revisiones a menudo se encuentran restos de muchas sustancias químicas relacionadas con el envase de plástico. Si finalmente se comercializa es porque los niveles son seguros. No obstante, habría que tener en cuenta la manipulación posterior y los efectos acumulativos a largo plazo.

Todo esto no quiere decir que beber agua embotellada sea extremadamente peligroso. A grandes rasgos es seguro. No obstante, si no es indispensable, el agua del grifo siempre será una mejor opción, tanto por este como por otros muchos motivos.

Cuidado con los plásticos de los envases

Los informes analizados para la realización de este estudio señalan a la presencia de contaminación plástica en un 10 %-78 % de las muestras de agua embotellada analizadas. Entre las sustancias más habituales se encuentran microplásticos, ftalatos, alquilfenoles, bifenilos policlorados, sustancias de polifluoroalquilo y bisfenol A (BPA).

Se conocen muchos efectos negativos de estos compuestos sobre la salud. Por ejemplo, se relacionan con el estrés oxidativo, la desregulación inmune y los posibles efectos obesogénicos a través de la alteración del metabolismo lipídico. Además, muchas de estas sustancias son disruptores endocrinos, que interfieren con el funcionamiento de hormonas esenciales de nuestro organismo.

Al beber agua embotellada estamos ingiriendo esos plásticos. Por suerte, en la mayoría de países hay una legislación que establece unos niveles máximos seguros. Si el agua llega a comercializarse es porque está dentro del rango adecuado.

Con información de Hipertextual