La Amazonía brasileña registró 98.646 incendios forestales en 2023, un 10,8 % menos que en 2022 (115.033), pese a la histórica sequía que el bioma enfrentó en los últimos meses del año pasado, en que se dispararon los focos de fuego, informaron esta semana fuentes oficiales.
El número de focos de calor medidos el año pasado por los satélites del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE, por sus siglas en portugués) cayó con respecto a 2022, pero fue en un 31,4 % superior al de 2021 (75.090), según el organismo vinculado al Ministerio de Ciencia y Tecnología.
Pese a que terminaron el año en un nivel elevado, los incendios forestales cayeron progresivamente en los últimos meses de 2023, desde 26.452 en septiembre, cuando alcanzaron el mayor nivel del año, hasta 22.061 en octubre, 13.943 en noviembre y 4.701 en diciembre.
El número de focos de calor en diciembre de 2023, pese a que se desplomó un 66,3 % con respecto a noviembre, saltó un 70,6 % en la comparación con el mismo mes de 2022 (2.756) y un 194,5 % frente al de diciembre de 2021 (1.596), que fue el menor para este mes desde que el INPE comenzó a medir el indicador en 1998.
El aumento de incendios en los últimos meses del año pasado se produjo debido a que la Amazonía, la mayor reserva de agua dulce del mundo, registra una grave sequía que llegó a ubicar el nivel de sus ríos en mínimos en octubre pasado.
De acuerdo con el Centro de Monitoreo de Alertas y Desastres Naturales (Cemaden), la actual sequía, que puede ser histórica, es consecuencia del fenómeno El Niño, que este año ha sido más intenso que en 2015 y 2016, cuando el bioma vivió su peor crisis hídrica, y puede extenderse hasta febrero de 2024.
Pese a la histórica sequía, los incendios cayeron gracias a los esfuerzos del Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva para detener la devastación del bioma.
Desde que asumió su tercer mandato, el 1 de enero de 203, Lula elevó los recursos y la fiscalización en la región amazónica con el objetivo de alcanzar la meta con la se comprometió, de acabar con la deforestación ilegal hasta 2030.
Según datos del INPE, sus medidas permitieron que la deforestación de la mayor selva tropical del mundo cayera un 51,5 % en los once primeros meses de 2023 frente al mismo período de 2022, cuando, durante la gestión del líder ultraderechista Jair Bolsonaro, la destrucción del bioma fue récord.
Vía: EFE