Las gafas inteligentes, que hace una década parecían relegadas a nichos especializados, están resurgiendo como una de las principales apuestas de la industria tecnológica.
Empresas como Meta, Google y Snap lideran un sector que busca integrar inteligencia artificial, asistentes personales y realidad aumentada en dispositivos cada vez más estilizados y funcionales.
Aunque su adopción masiva aún no está garantizada, el desarrollo de nuevas aplicaciones y la competencia entre grandes corporaciones podrían consolidarlas como un producto de consumo clave en los próximos años, según un análisis de MIT Technology Review.
Del fracaso al relanzamiento: la evolución del mercado
En 2015, Google confirmó la suspensión de Google Glass, lo que parecía marcar el final de las gafas inteligentes como producto de consumo. Sin embargo, tal y como señala MIT Technology Review, en 2025 el panorama cambió.
Modelos como las Ray-Ban Meta de Meta, el prototipo Orion y los Spectacles de Snap muestran que la industria tecnológica renovó su interés en estos dispositivos, apostando por diseños más atractivos y mejoras tecnológicas sustanciales.
Además de las empresas occidentales, gigantes tecnológicos como Huawei, Alibaba, Xiaomi y Baidu también incursionaron en este sector. De acuerdo con la publicación, la competencia global en el mercado de gafas inteligentes indica que la demanda por estos productos no se limita solo a Estados Unidos o Europa, sino que está expandiéndose a nivel mundial.
La inteligencia artificial como motor de innovación
Uno de los factores claves en esta nueva generación de gafas es la integración de inteligencia artificial avanzada. Según Louis Rosenberg, investigador de realidad aumentada en la Universidad de Stanford en la década de 1990, por primera vez estas tecnologías tienen el potencial de alcanzar una adopción masiva. “Es la primera vez que veo una aplicación que realmente impulsará la adopción en gran escala”, afirmó en declaraciones retomadas por MIT Technology Review.
Meta incorporó funciones de IA en sus Ray-Ban Meta, permitiendo que el dispositivo interprete lo que el usuario ve y oye a través de su cámara y micrófono.
En el futuro, la compañía busca que estos asistentes interactúen de manera autónoma con el usuario, por ejemplo, sugiriendo compras en una tienda o recordando el nombre de una persona en la calle.
Por su parte, Google sigue un camino similar con su sistema Astra AI, que fue integrado en su prototipo de gafas Android XR.
Expectativas y desafíos para la adopción masiva
Mark Zuckerberg calificó el año 2025 como “definitorio” para las gafas inteligentes, ya que determinará si estos dispositivos se consolidan como un producto de consumo masivo o si aún requieren más tiempo de desarrollo.
Según el CEO de Meta, la empresa logró vender más de un millón de unidades de las Ray-Ban Meta y planea lanzar una versión con pantalla integrada, además de nuevos modelos en colaboración con Oakley.
No obstante, MIT Technology Review advierte que la adopción generalizada dependerá de la utilidad real que estos dispositivos ofrezcan al usuario promedio.
Es decir que, hasta ahora, los principales compradores fueron entusiastas de la tecnología. La revista afirma que el éxito comercial de las gafas inteligentes dependerá de la disponibilidad de aplicaciones prácticas que las conviertan en herramientas indispensables en la vida diaria.
El ecosistema de aplicaciones: clave para su éxito
El desarrollo de software será determinante en la evolución de las gafas inteligentes. Actualmente, Meta aún no liberó un SDK (kit de desarrollo) para terceros, lo que limita la creación de nuevas aplicaciones.
En contraste, MIT Technology Review detalla que Snap y empresas como Vuzix optaron por abrir su tecnología a desarrolladores, lo que facilitó la innovación en áreas como navegación, traducción en tiempo real e interacción con el entorno.
Según la revista, a medida que más compañías compitan en este mercado, la oferta de aplicaciones crecerá, ampliando las posibilidades de uso y atrayendo a más consumidores.
Con información de Infobae