En el reino animal, encontramos una diversidad sorprendente en la estructura y función de los ojos, algunos parecen sacados de un mundo de ciencia ficción por sus extraordinarias capacidades. Desde los enormes ojos del tarsero, un primate de Indonesia, que le permiten una visión excepcional en la oscuridad y una habilidad destacada como cazador nocturno, hasta los impresionantes ojos del camarón mantis, capaces de percibir luz ultravioleta, infrarroja y polarizada, y de moverse independientemente para un campo visual amplio.
El camaleón, con sus ojos que pueden moverse independientemente uno del otro, ofrece otro ejemplo notable de la diversidad ocular en el mundo animal. Los arácnidos como la araña saltarina, con sus ocho ojos que le otorgan una visión estereoscópica y un campo visual de 360 grados, son también dignos de mención.
Los reptiles como el cocodrilo, que poseen una fóvea peculiar en forma de raya en la retina para una visión nítida y la capacidad de dormir con un ojo abierto, muestran adaptaciones sorprendentes. Mientras tanto, las cabras, con sus pupilas rectangulares y ojos situados a los lados de la cabeza, tienen un amplio campo de visión que les ayuda a detectar amenazas.
El avestruz, con ojos más grandes que su propio cerebro, y el búho, conocido por su aguda visión nocturna pero limitada capacidad para ver de cerca, representan otras formas fascinantes de adaptación ocular en el reino animal. Los gatos, con su tapetum lucidum que les permite ver en la oscuridad, y los geckos, con ojos extremadamente sensibles al color, también destacan entre las especies con características oculares únicas.
La libélula, con sus grandes ojos compuestos por miles de unidades sensoriales, y la iguana, con su capacidad para detectar movimiento a larga distancia, añaden aún más variedad a este panorama. Los pulpos, con su capacidad para controlar la cantidad de luz que reciben y su visión ligeramente miope, muestran una adaptación interesante en el mundo acuático.
Finalmente, la rana verde de ojos rojos, con su mirada impactante y colores llamativos que indican su toxicidad, y el caracol, cuyos ojos situados en los tentáculos le ayudan a percibir la luz y la oscuridad, completan este fascinante repertorio de adaptaciones oculares en el reino animal.
Con información de Muy interesante