¿Los plásticos pueden causar autismo?

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Foto: Archivo

En los últimos días, un estudio publicado en Nature Communications ha atraído una atención significativa por sugerir un posible vínculo entre la exposición prenatal al bisfenol A (BPA), un componente común en plásticos, y el autismo en niños. Si bien este estudio ha generado alarmas mediáticas, es crucial abordar estos hallazgos con cautela y evitar conclusiones precipitadas. A continuación, desglosamos las limitaciones del estudio y por qué no deberíamos considerar el BPA como una causa directa confirmada del autismo.

El estudio en cuestión, llevado a cabo por un equipo de investigadores, examinó a 1.074 niños australianos, analizando muestras de orina de sus madres durante el embarazo para medir los niveles de BPA. También se estudió la actividad de la enzima aromatasa en la sangre del cordón umbilical, que está relacionada con la producción de estrógenos, un factor clave en el desarrollo cerebral.

Los resultados mostraron una correlación entre niveles elevados de BPA en madres y un mayor riesgo de autismo en sus hijos varones con baja actividad de aromatasa. Sin embargo, no se encontró una relación significativa en las niñas, lo que limita la generalización de los hallazgos.

Todo un clásico: Es fundamental entender que una correlación no implica causalidad. Aunque el estudio encontró una asociación entre la exposición prenatal al BPA y el autismo, esto no significa que el BPA sea la causa del trastorno. De hecho, el estudio no pudo establecer un vínculo causal directo. Además, la muestra utilizada, aunque considerable, no es lo suficientemente amplia para sacar conclusiones definitivas, y los resultados se limitan a un subgrupo específico de niños con ciertas características genéticas.

Con información de Muy Interesante