El economista y socio director de Datanálisis, Luis Vicente León, advirtió que los agentes económicos están sobredimensionando las expectativas negativas sobre el comportamiento de la economía, tras una caída de 5% del consumo en el primer semestre y una fuente contracción de la confianza del consumidor.
«Es evidente que la economía venezolana se contrajo significativamente en el primer semestre de este año y todas las proyecciones de crecimiento que se tenían a finales del 22 se cayeron frente al impacto negativo de los eventos de corrupción en PDVSA, la creación del IGTF y las limitaciones en el uso de cuentas custodia», explica León en su cuenta en X (antes Twitter).
Y añadió que estos factores «afectaron el flujo de caja de la nación y rompieron la capacidad de estabilización parcial que el BCV había logrado en los dos años previos».
A juicio de Luis Vicente León, las agresivas devaluaciones de agosto y noviembre de 2022 generaron un efecto negativo perdurable en el comportamiento de los mercados de bienes y servicios, porque «dispararon de nuevo los precios internos y cruzaron la frontera de precio máximo accesible para los consumidores venezolanos».
Además, los consumidores ya «venían híper sensibles por el deterioro en sus ingresos (hoy los más bajos de América Latina) y esto frenó en seco su tendencia positiva de consumo».
Luis Vicente León: frenazo en el consumo y la confianza
Para Luis Vicente León, el frenazo ocurrido en el consumo causó un fuerte nerviosismo en los mercados y «se desplomó la confianza de los consumidores cara al futuro, perdiendo el ICC (Índice de Confianza del Consumidor) 21% entre noviembre 2022 y marzo 2023«.
«El resultado es que, así como en 2022 se sobredimensionaron las expectativas positivas, en el 2023 se están sobredimensionando las negativas y el índice de confianza cae mucho más que el consumo (que estimamos cayó 5% en el primer semestre), afectando las decisiones de inversión y mercadeo del sector privado».
León afirma que «es siempre un error subestimar o sobreestimar la crisis, pues en ambos casos se afectan los resultados finales. Este año lamentablemente no ha sido económicamente bueno y no terminará siéndolo pues el primer semestre arrastrará promedios hacia abajo, pero seguimos pensando que la tendencia del segundo semestre debería ser un poco mejor, a menos que el presupuesto nacional traiga más sorpresas negativas».
La respuesta de los consumidores
Sobre los resultados de estas expectativas, Luis Vicente León, socio-director de Datanálisis, hace dos advertencias concretas. La primera es que aumentará la sensibilidad de consumidores ante los precios y la segunda es que se están viendo, como resultado de lo anterior, promociones más agresivas en términos de reducción de precios.
Además, el economista confirma otro factor que estas malas expectativas han potenciado, como «una desaceleración reciente de precios en dólares que no veíamos desde hace mucho tiempo».
«Aun así, es difícil imaginar que el tipo de cambio se quedará estable en el entorno de los 30 bolívares por dólar actual. La presión de devaluación es muy fuerte, pues el valor de equilibrio de la moneda es mucho más elevado que su cambio actual», explica.
Enfatiza que «la presión de devaluación es muy fuerte, pues el valor de equilibrio de la moneda es mucho más elevado que su cambio actual».
«La pregunta no es si se devaluará o no el Bolívar sino a que magnitud lo hará durante el resto del año. Mucho dependerá de la disponibilidad de divisas que tenga el país y esta, a su vez, (dependerá) de los ingresos petroleros que sabemos están limitados por las restricciones internacionales», deja en claro este escenario.
El socio director de Datanálisis concluye que: «en la capacidad de colocar petróleo y gas en el mercado internacional estará la clave de la evolución económica de los próximos meses».
«Todo regresa al mismo punto: acuerdos de reinserción energética que no necesariamente bailarán pegado con los acuerdos políticos, hoy bastante debilitados«, cierra el argumento.
Con información de Banca y Negocios