El actor Matt Damon se sumo a una campaña ciudadana para salvar el edificio de una iglesia presbiteriana del siglo XIX convertida en un icono del barrio del Upper West de Nueva York y que corre el riesgo de ser demolida si prosperan los planes de la congregación propietaria del edificio.
Matt Damon es el rostro más mediático que se suma a otras personalidades como los también actores Mark Ruffalo y Wendell Pierce y el rapero Common, que se han implicado en el pasado a las campañas para proteger este icónico edificio ladrillo rojo y de estilo «románico revival».
Damon participará de modo altruista en una representación de una obra de teatro, promovida por la organización The Center at West Park y escrita por un amigo dramaturgo; la obra tendrá lugar dos días, 16 y 17 de noviembre, en el interior de la iglesia, cuya fachada está protegida -y afeada- por un andamio desde hace más de un año.
Al tratarse de una función de recogida de fondos, los boletos para la obra de teatro «This is our youth» (Esta es nuestra juventud) salen a partir de 500 dólares el día del estreno, y a partir de 250 el segundo, y los organizadores aspiran a recaudar 300.000 dólares, según la página de la organización.
Aunque la congregación propietaria ha cedido el espacio para la obra de teatro, recalcan que esa suma de 300.000 dólares alcanzará apenas para adecentar la fachada y retirar el andamio, pero califican esas reparaciones de «solución de la curita», pues los principales problemas estructurales persisten, en declaración de un portavoz al rotativo The New York Times.
Tras una pérdida de fieles y una serie de escisiones dentro de la iglesia prestiberiana, la congregación hizo pública hace años su intención de vender el edificio, y dado su emplazamiento privilegiado -en una esquina de la Avenida Amsterdam-, tuvieron inmediatamente jugosas ofertas de compañías inmobiliarias para derribar el edificio y construir un bloque de apartamentos de lujo.
Sin embargo, la oposición vecinal y el apoyo de las celebridades consiguieron que la Alcaldía de Nueva York reconociera el valor histórico y artístico del edificio -construido en 1883- y fuera declarado un bien histórico en 2010.
Desde entonces, la iglesia es un objeto de una agria controversia entre la congregación, necesitada de fondos, y el movimiento vecinal, que tampoco logra recaudar lo suficiente para comprar el edificio, restaurarlo y darle un uso civil.
Con información de 800Noticias