Es un mito que las migrañas desaparecen cuando surge la menopausia. Charlamos sobre este asunto con el nuevo presidente de la Sociedad Española de Neurología (SEN), el doctor Jesús Porta-Esseman, quien subraya que, aunque sí que hay mujeres que mejoran con la menopausia, también hay otras muchas cuya migraña se agrava y se convierte en crónica.
“Tiene parte de mito. Todo relacionado con esa pérdida de fluctuación de hormonas”, justifica el especialista y actual jefe de Sección de Neurología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid. Confiesa que la sensación que tienen muchos neurólogos, aunque aún no hay estudios que lo demuestren, que todo estaría muy relacionado con cómo la mujer llega a la perimenopausia, si con migraña habitual, de manera que en estas mujeres lo frecuente es que empeore la migraña con la menopausia.
“Pero si hemos sido capaces de tratarla antes de la llegada de la menopausia, lo normal es que mejore la migraña. De ahí lo importante de tratar a las pacientes pronto y disminuir la carga de migrañas antes de la menopausia, es decir, el número de días con dolor de cabeza”, remarca este especialista.
El componente hormonal
Y es que en las cefaleas la perspectiva de género es muy importante, tal y como reconoce este neurólogo, y especialmente en el caso de las migrañas; una patología que afecta a una de cada 5 mujeres (18%). Añade que en las migrañas el componente hormonal juega en muchos casos un papel crucial, el de “factor desencadenante”, y se debe en gran parte a las variaciones en los niveles de estrógenos: “Con frecuencia las mujeres tendrán dolor de cabeza antes o durante la menstruación, incluso durante la ovulación. Sin embargo, en el embarazo, sobre todo en el segundo trimestre, cuando se estabilizan los niveles de estrógenos, la mujer suele mejorar en cuanto a migrañas se refiere”.
Explica, asimismo, que la migraña se hereda de manera polisémica, es decir, que tenemos muchos genes de nuestros padres y de nuestras madres que calculan la probabilidad de tener la enfermedad, igual que sucedería con la altura, con el color de piel, o con la hipercolesterolemia familiar.
“Las migrañas presentan un factor epigenético. Esto quiere decir que cuando se produce el primer cambio hormonal en la mujer, y tiene la menstruación de forma periódica, esto hace que se expresen estos genes con mayor probabilidad; de ahí que la mujer tenga más riesgo de desarrollar una migraña que el varón; mientras que en los hombres sólo el 7% tienen migraña”, aclara Porta-Esseman.
En este contexto, comenta el doctor que en el caso de los hombres habitualmente los niveles de estrógenos son más estables, así como el de otras hormonas; si bien, en la mujer, sí que existen esas variaciones en función del ciclo prácticamente toda la vida, hasta la menopausia. “Encima, la migraña que se relaciona con la menstruación, la migraña menstrual, que justo ocurre en ese momento, suele ser una migraña refractaria a los tratamientos, con la que cuesta más dar con el tratamiento eficaz para el paciente”, añade.
Con información de Infosalus