Desafíos logísticos y confusión sobre tarjeta de identificación de la ciudad de Nueva York generan vulnerabilidad en migrantes.
La cruda realidad de la migración en Nueva York se manifiesta en las gélidas noches de Brooklyn, donde aproximadamente tres docenas de migrantes, incluyendo familias con niños, acampan en condiciones climáticas adversas mientras esperan obtener la codiciada tarjeta de identificación de la ciudad de Nueva York (IDNYC por sus siglas en inglés). Esta situación revela no solo las dificultades logísticas y humanas de los migrantes, sino también ideas erróneas en torno al acceso al empleo y servicios médicos con dicho documento.
Jimmy Darwin, un migrante que contó al New York Times cómo construyó un refugio improvisado para su familia mientras esperaban en la fila, ejemplifica un caso de las personas que enfrentan los desafíos y la desesperación. La percepción de que la IDNYC es un paso necesario para la aplicación de permisos de trabajo ha llevado a la emisión de cartas de desalojo a familias cercanas al límite de 60 días en refugios, generando incertidumbre y desesperación.
Sin embargo, la IDNYC parece ser un tema ambiguo en el acceso al empleo. La información contradictoria sobre su utilidad en la obtención de empleo y autorización de trabajo ha dejado a los migrantes en una posición vulnerable. Aunque las autoridades han aclarado oficialmente que la IDNYC no proporciona autorización de trabajo ni afecta el estatus migratorio, persiste la divergencia en la información recibida en el centro de procesamiento de migrantes en el Hotel Roosevelt.
Las familias también enfrentan obstáculos en el sistema de refugios, con cartas de desalojo y la necesidad de volver a aplicar para mantener el «derecho a refugio». Aunque hay garantías oficiales de que cada familia que reaplica recibe refugio, la incertidumbre persiste, especialmente sobre el acceso después de dos períodos de 60 días y la posibilidad de ser excluidos del sistema.
Lo que la crisis migratoria en Nueva York pone en juego
Las presiones económicas y las respuestas del gobierno también están en juego. A pesar del aumento en el presupuesto estatal para abordar la crisis migratoria, se han tomado medidas para controlar los gastos, lo que ha llevado a una reducción en los servicios para los migrantes.
El proceso de obtención de la IDNYC presenta retos logísticos y humanos adicionales. La dificultad para obtener citas y las largas filas con migrantes utilizando métodos improvisados para mantener su lugar son comunes. La exposición a condiciones climáticas extremas, incluida la nieve, agrega una capa de vulnerabilidad, especialmente para aquellos que no están familiarizados con este fenómeno meteorológico.
La situación se agrava durante las noches frías, cuando algunos migrantes, incluidos solicitantes de asilo, son desalojados y esperan en condiciones adversas. Los relatos desgarradores describen la difícil realidad que enfrentan, incluso dentro de las salas de espera.
La obligación de la ciudad de proporcionar refugio durante noches con temperaturas bajo cero, según el «Code Blue», es un respiro para muchos migrantes. Sin embargo, se destacan las adaptaciones a las políticas en estos casos, subrayando la necesidad de una respuesta más integral a las condiciones extremas que enfrentan los migrantes.
Con información de 800Noticias
