Unos 15.000 policías, según los organizadores, se han manifestado este viernes en Bucarest contra la congelación de sus salarios y la eliminación del pago de las horas extras aprobado por el nuevo Gobierno de gran coalición, y han denunciado que esa medida pone en peligro la seguridad ciudadana.
En la protesta han participado también guardias de prisiones y militares en la reserva.
“Somos la única categoría de funcionarios públicos a los que se les está recortando el salario, y estamos hablando de cantidades entre 1.000 y 1.500 lei (hasta 300 euros)”, declaró a los medios durante la manifestación Cosmin Andreica, líder del sindicato policial EUROPOL.
Andreica advirtió que los agentes apagarán sus teléfonos y no estarán localizables al terminar sus turnos, y que no trabajaran horas extras, en respuesta a la decisión del Gobierno de dejar de pagarlas y compensarlas solo con días libres.
“Con sus medidas, los gobernantes no piensan que ponen en riesgo la seguridad de los ciudadanos, porque no habrá más policías en la calle los fines de semana”, denunció a EFE uno de los manifestantes, Ioan Cănărau.
Los policías de prisiones han anunciado que dejarán de acudir a sus puestos de trabajo a partir de finales de enero.
Los sindicatos reclaman que vuelvan a pagarse las horas trabajadas en fines de semana y festivos, el aumento salarial por las horas extras y la actualización según la inflación de las pensiones de los militares jubilados.
Rumanía atraviesa una grave crisis económica y política, con una elevada polarización social acentuada por la anulación de las elecciones presidenciales del pasado año, cuya primera vuelta fue ganada por el candidato ultranacionalista Calin Georgescu.
El Gobierno de coalición, salido de las legislativas del pasado diciembre, ha decidido que la repetición de las elecciones presidenciales tenga su primera vuelta el 4 de mayo y, sin ningún candidato tiene mayoría absoluta, la segunda y definitiva sea el 18 de ese mes.
Con información de EFE