Participación conjunta en todas las actividades académicas, mantenerse con espíritu alegre, ser dinámico y de impecable apariencia son los elementos claves para que un profesional de la docencia quede tatuado en la memoria y en el corazón de un alumno. Una prueba de esto es Nancy Galli de Sindoni, una profesional de la educación que celebra este jueves 16 de enero, 80 años de vida de los cuales 27 fueron dedicados a impartir clases.
Sus primeros pasos como profesional de la educación, recuerda con total claridad fue en la Escuela “Jesús Pacheco Rojas”, allí trabajó durante seis años. Luego se fue a la “República de México”, donde fue primeramente alumna de primaria, para luego regresar como maestra de primero, segundo y tercer grado, durante 21 años.
“Después de estos 27 años de servicio doy cuenta de alumnos con más de 54 años de edad, con distintas profesiones y lo más satisfactorio que aún me recuerdan en cualquier lugar público donde voy y aseguran verme igualita, aunque yo le aclaro que las arrugas ya están presentes”, comenta la espontánea y alegre maestra Nancy.
Durante su desempeño, Galli de Sindoni, recibió las más importantes condecoraciones que otorgaban los gobiernos nacionales y regionales, entre ellas la Orden 15 de Enero, 27 de Junio y Samán de Aragua, en su primera clase.
De aquella época del sistema educativo esta insigne docente, cree que se deben rescatar valores y principios que son impartidos en el hogar y se deben reforzar en la escuela.
Recuerda que el trabajo en el aula de clases no era fácil, primeramente cuando tenía la responsabilidad de dar primer grado, debía enfrentarse a niños de siete años sin ningún tipo de conocimiento previo, al no existir la etapa de preescolar. Luego la matrícula rondaba entre los 50 y 54 alumnos, sino lograba llenar el salón con esa cifra corría el riesgo de ser removida a otra sede educativa.
Muchas veces no me explico cómo llegué a 80 años después de estar por 27 años dando clases, pero después yo misma me respondo y digo; fue posible por el amor que le tengo a mi profesión y mi fe en Dios, además por tradición la familia siempre ha contado con un guía espiritual, ahora esa responsabilidad la comparten los padres José Bracamonte y Juan Carlos Arango–Indica Galli de Sindoni- .
Tras su jubilación la maestra Nancy, no se quedó anclada en casa, pues recuerda que su padre decía; “la casa envejece”, es por ello que mantiene una vida social activa, de constantes encuentros con amigas que en oportunidades visitan espacios para la recreación y comparten un batido, realiza obras de misericordia o sencillamente la imponente casa materna de los Galli sirve como sede del encuentro.
“El teléfono móvil es ahora una herramienta formidable, me apoyo en él para estar enterada de todo, en las noches leo mucho para estar al día”, apuntó esta alegre y cordial entrevistada.
Datos de la maestra Nancy
- Estudió para maestra gracias a la influencia de su padre casa Heros Vicente Galli de Luca, un inmigrante italiano que llegó a Venezuela en 1921 y tras enamorarse de las bondades del país, decidió quedarse y en 1928 se casa con Pastora Mendoza, de cuya unión nacieron tres hijas todas graduadas de docentes, de estas solo queda Nancy Galli de Sindoni.
- Heredó de su padre el amor por la historia de Venezuela, pues de pequeña fue testigo de cómo Don Heros Vicente, impartía sus conocimientos de geografía e historia a los inmigrantes que estaban en trámites de nacionalizarse, pues debían presentar una prueba en la que tenían que poner en práctica sus sapiencias en estas áreas.
- Asegura mantener vivo el lema de su padre: Ustedes no saben la riqueza que tiene tanto de tierra como de persona.
- Le encanta la música instrumental y el bolero, pero lo fundamental a la hora de escuchar música que tenga suficiente volumen.