La Policía de Nueva Zelanda investiga el hallazgo de una «dosis potencialmente letal» de metanfetamania en unos caramelos que fueron distribuidos junto a alimentos por una organización caritativa, que desconocía el contenido de los dulces.
«Nuestras primeras investigaciones indican que los alimentos en cuestión (caramelos con sabor a piña de la marca Rinda) pueden haber sido distribuidos en paquetes de alimentos durante las últimas semanas», apunta un comunicado emitido en la noche del martes por la Policía que trata el asunto como prioridad «dado el riesgo público».
Al menos tres personas, entre ellas dos menores, han recibido atención médica tras tomar estos caramelos, pero ninguno ha necesitado ser ingresado en un hospital, apuntó este miércoles el inspector Glenn Baldwin en declaraciones a los medios.
El oficial aseguró que desde que conocieran en la tarde del martes que los caramelos tenían droga han contactado con varias personas, pero que la investigación se encuentra en los primeros pasos.
«Necesitamos encontrar (los caramelos) lo más rápido que podamos», remarcó Baldwin al señalar que, previamente, grupos de narcotraficantes habían tratado de introducir droga en el país camuflada en alimentos, recoge el medio New Zealand Herald.
La ONG cuantificó hoy entre 300 y 400 los paquetes de alimentos distribuidos que contenían estos caramelos, mientras que la Policía asegura que hasta el momento ha podido recuperar 16 de ellos.
«Decir que estamos devastados es quedarse corto», se disculpó hoy en rueda de prensa la directora de Auckland City Mission, Helen Robinson.
Los caramelos, envueltos en un plástico amarillo, eran distribuidos por la ONG contra la pobreza Auckland City Mission, que puso una denuncia ante la Policía al conocer el contenido de los dulces.
La ONG asegura que los caramelos, que contienen una «dosis potencialmente letal» de droga, fueron donados por una persona sin identificar que los entregó en un paquete de tamaño comercial.
«Si has recibido alguno de estos caramelos, por favor no los comas», remarca en su perfil de Facebook Auckland City Mission, que reparte comida entre las personas desfavorecidas.
Uno de los destinatarios de los paquetes de alimentos contactó con la organización caritativa al detectar un sabor «raro» en los caramelos, analizados a posterior por la Fundación Antidrogas de Nueva Zelanda.
Sarah Helm, directora de la citada fundación, apuntó que cada caramelo contenía unos 3 gramos de metanfetamina.
«Una dosis común es entre 10 y 25 miligramos, así que cada caramelo contaminado contiene más de 300 dosis. Tragar tanta metanfetamina es extremadamente peligroso y podría provocar la muerte», remarcó en un comunicado Helm.
Con información de EFE