El Papa Francisco criticó este domingo «la preocupación por el crecimiento financiero de ciertos países privilegiados mientras en medio mundo hay hambre y guerras», durante la misa celebrada en la basílica de San Pedro con los nuevos 21 nuevos cardenales y en el día que se celebra la Inmaculada Concepción.
«Lamentablemente, a nuestro alrededor vemos cómo la pretensión del primer pecado, el de querer ser como Dios sigue hiriendo a la humanidad, y cómo esta presunción de autosuficiencia no produce ni amor, ni felicidad», afirmó el papa en su homilía.
Y criticó un mundo donde hay «quien le falta el respeto al padre y a la madre, quien no quiere hijos, quien considera a los demás como un objeto o como un fastidio, quien considera el compartir como una pérdida y la solidaridad como un empobrecimiento».
Preguntó: «¿De qué sirve tener dinero en el banco, comodidades en los departamentos, falsos contactos en el mundo virtual, si luego los corazones permanecen fríos, vacíos o cerrados?».
Y continuó: «¿De qué sirven los altos niveles de crecimiento financiero de los países privilegiados, si medio mundo muere a causa del hambre y de la guerra, mientras los demás se quedan mirando con indiferencia? ¿De qué sirve viajar por todo el planeta, si luego cada encuentro se reduce a la emoción del momento, a una fotografía que ya nadie recordará al cabo de algunos días o algunos meses?».
Por ello, pidió en el día que la Iglesia celebra la Inmaculada que «su corazón lleno de amor nos conquiste, que nos convierta y haga de nosotros una comunidad donde la filiación, el matrimonio, la maternidad sean regla y criterio de vida; donde las familias se reúnan, los esposos compartan todo, los padres y las madres estén presentes, cercanos a sus hijos».
También recordó que esta Eucaristía se celebra junto a los nuevos cardenales que fueron nombrados en el consistorio de este sábado.
«Son hermanos a los que he pedido que me ayuden en el servicio pastoral de la Iglesia universal. Vienen de muchas partes del mundo, portadores de una sola Sabiduría con muchos rostros, para contribuir al crecimiento y a la difusión del Reino de Dios», explicó.
Francisco celebró este sábado su décimo consistorio en el que nombró a 21 nuevos cardenales, y entre ellos recibieron el birrete y el anillo cardenalicio: el arzobispo de Lima, Carlos Castilo Mattasoglio, el de Santiago de Chile, Fernando Natalio Chomali Garib; el de Santiago del Estero y primado argentino, Vicente Bokalic Iglic; el de Guayaquil, el ecuatoriano Gerardo Luis Cabrera y el brasileño arzobispo de Porto Alegre, Jaime Spengler.
Con estos nombramientos, de 17 países diferentes y presencia de los cinco continentes, se eleva a 253 el número de miembros del colegio cardenalicio, entre ellos, 140 son los que tienen derecho a voto, la cifra más alta jamás registrada desde que Pablo VI fijó en 120 el número máximo de electores, aunque en 2025 está previsto que 14 cumplan 80 años.
Con estos nombramientos, el Papa ha dejado su huella en el futuro cónclave para elegir al próximo sucesor, ya que casi el 80% de los purpurados que entrarán en la Capilla Sixtina han sido elegidos en su pontificado.
Con información de Banca y Negocios