“¡Paren ya la deforestación. Sí a la vida!”, es el grito desesperado de ambientalistas que ayer denunciaron los daños por la tala indiscriminada e invasiones que sufren parques nacionales, como Cerro Saroche y Yacambú. Lamentan pérdidas de los bosques semiáridos de Lara que pueden estar cerca de las 500 mil hectáreas y la ocupación aproximada de 13 mil hectáreas, que representa casi la mitad de extensión de este reservorio natural en Andrés Eloy Blanco.
Entregaron la solicitud de medidas cautelares para el cese de estas acciones, ante la gobernación de Lara, alcaldía del municipio Iribarren y Consejo Legislativo de Lara (CLEL). La intención es que el problema sea del conocimiento de todas las instancias gubernamentales, el que a finales de marzo platearon a la Fiscalía Superior de Lara. De allí, los remitieron a la Fiscalía 23 de carácter ambiental, donde les prometieron que revisarían el caso y que pasarían la información a los destacamentos de la Guardia Nacional de los municipios Iribarren, Jiménez y Torres para el seguimiento de la denuncia.
Jorge Elías Perozo, del movimiento Iniciativa Cotoperiz junto al ambientalista Francisco Cañizalez, explicaron que sienten temor por lo agresivo de la deforestación en la actualidad, considerando que para esto se basan en un estudio realizado por la ecologista y botánica, Miriam Diaz, en el que precisa al semiárido con más de un millón de hectáreas en 1989 y para 2019 se redujo a 600 mil hectáreas. Les duele el estimado de 400 mil hectáreas perdidas y que de no tomarse medidas para frenar tal devastación, es probable que ronde las 500 mil hectáreas sacrificadas por la mano del hombre.
Reprochan los intereses comerciales y la responsabilidad de comunidades que dañan al entorno, conociendo de habitantes que pagan a depredadores para talar y hasta les suministran las motosierras, que le permiten derrumbar en minutos varias veras centenarias, curarires y cujíes, como la madera de más provecho para la producción de carbón.
“Nos preocupa la destrucción de manera masiva y atroz de todas las plantaciones. Aspiramos que los entes se pronuncien y se tomen medidas para frenar este ecocidio voraz”, dijo Perozo acerca del municipio Torres, así como de Pavia a Bobare del municipio Iribarren, sin olvidar a los municipios Jiménez y Urdaneta. Por la extracción de madera para la elaboración de carbón, hay 22 empresas registradas en el Ministerio para Ecosocialismo (Minec) que trabajan con este tipo de árboles.
El movimiento Los Guardianes de la Montaña les confirmó que el parque Yacambú también sufre principalmente por la siembra de café a cielo abierto, que implica la tala excesiva, dejando consecuencias en deficiencia de agua para Sanare, tal como ocurrió a principio de año. A menor escala, dicha intención agrícola también se aplica en el parque Dinira en el municipio Morán.
Piden el apoyo del Estado, con mayor vigilancia para evitar estos delitos.
Con información de La Prensa de Lara