Espacios oscuros, paredes desconchadas por la humedad y un evidente deterioro se observa en los distintos espacios del Instituto Pedagógico de Caracas, casa de estudios que incluyeron en el catálogo del Patrimonio Cultural de Venezuela desde 2007.
De acuerdo con los docentes entrevistados, el instituto que recibe a estudiantes que se forman para ser profesores en distintas especialidades, desde 1936 , se mantiene en pie por gestión propia.
“Nosotros mismos hacemos muchas de las cosas, o hacemos actividades con los mismos estudiantes para rescatar los espacios, pero es mucho el dinero que se requiere”, sostiene una educadora.
Una coordinadora, quien pidió no ser identificada por medidas de protección, aseguró que aunque en muchas ocasiones se les acusa de no querer conversar con las autoridades del Gobierno. No obstante, insiste en que no es cierto.
“Desde nuestras posibilidades se ha hecho todo: hemos pedido ayuda a las instituciones, porque muchas veces nos acusan de no querer conversar con el Gobierno, pero eso no es así. Nosotros somos parte del Estado y sabemos que ellos son quienes nos pueden ayudar”.
Agrega que el derecho a la educación y el bienestar de los estudiantes debe estar por encima de cualquier postura política o partidista.
“Tratamos de administrar los ingresos que recibimos de la mejor manera posible para materializarlo en acciones para la institución. Estamos dispuestos a sentarnos con quien nos quiera ayudar”.
Gestión propia
Una docente del área administrativa asevera que el Pedagógico no recibe ingresos para mantener la planta física desde hace más de 10 años.
“Eso se traduce en parte del caos estructural, sin olvidar que somos una universidad pública, por lo que no recibimos ingresos para sostener la planta de infraestructura desde hace por lo menos 10 años”.
Añade que desde ese lapso de tiempo, lo único que se recibe es el monto exacto para pagar nóminas.
Humberto González, subdirector de extensión del Pedagógico, afirmó que el presupuesto asignado para la universidad es insuficiente: “El Estado debe asignar el presupuesto justo para el funcionamiento”. Sin embargo, no aportó mayor información debido a que afirmó que no le correspondía.
Crónica.Uno intentó contactar vía telefónica y de forma presencial a la decana del recinto universitario Zulay Pérez, para obtener información oficial. Pero no hubo respuesta.
“Todo lo poco o mucho que se pueda hacer a nivel de infraestructura se hace por autogestión que generan las unidades de ingreso como extensión, subdirección de investigación o secretaría”, refiere una docente del área administrativa.
Acota que las autoridades universitarias y el mismo personal “hacen magia”, porque con lo poco que les da el Gobierno hacen mucho.
Deterioro evidente
Una educadora resaltó que los alumnos de pregrado son quienes más sufren las consecuencias del deterioro de la universidad.
“Muchas de las tuberías están tapadas, por eso aunque el personal de mantenimiento limpia, las pocetas siempre quedan sucias. Las más perjudicadas son las mujeres quienes muchas veces tienen que hacer sus necesidades fisiológicas en los desagües”, dijo.
Por otra parte, contó que los estudiantes de postgrado, quienes sí deben cancelar por su especialización, tienen baños disponibles porque en su caso les pagan a personas de mantenimiento para que acondicionen dos baños, ubicados en una de las áreas administrativas.
“De ocho ascensores solo funciona uno, nuestros baños están deteriorados, no tienen grifería, puerta en los cubículos internos”, lamentó un profesor.
Enfatizó que presuntamente recibieron visitas por comisiones del Ministerio de Educación Universitaria quienes han visto el deterioro de la casa de estudios, pero siguen sin recibir la ayuda requerida.
Patrimonio olvidado
A pesar de que el Edificio Histórico del Pedagógico de Caracas forma parte del Patrimonio Cultural del país desde 1984, es una de las áreas de la universidad en donde la desidia se hace presente desde la entrada.
Al pasar el umbral de la puerta principal, la oscuridad da la bienvenida a quien visita la infraestructura pintada de color blanco. Al seguir, se ven grandes pedazos de paredes sin pintura – por las filtraciones– y la ausencia de vidrios en los grandes ventanales que caracterizan la edificación. En ese lugar se ubica parte del área administrativa y estudios de Educación Especial.
A diferencia de la Torre Docente, en este edificio había un par de trabajadoras de mantenimiento.
“Acá hay obras de arte muy bellas que lamentablemente se están deteriorando. Hemos hecho las debidas gestiones, pero Funda Patrimonio no nos apoya en absolutamente nada porque ellos tampoco tienen presupuesto”, afirma una coordinadora de la institución.
El artículo 2 de la Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural de 1993 establece que la defensa del Patrimonio Cultural de la República es obligación prioritaria del Estado y la Ciudadanía.
“Se declara de utilidad pública e interés social la preservación, defensa y salvaguarda de todas las obras, conjuntos y lugares creados por el hombre o de origen natural que se encuentren en el territorio de la República, y que por su contenido cultural constituyan elementos fundamentales de nuestra identidad nacional”, dice el resto del artículo.
“A las obras que hay dentro del Edificio Histórico hay que hacerles mantenimiento por lo menos dos o tres veces al año y no se les hace”, recalca Hernán Matute, un docente con casi 50 años en el Pedagógico.
Espacios más necesitados
A su juicio, uno de los edificios que requiere mayor atención es la biblioteca, que no tiene aire acondicionado. “Ese es un edificio que tiene mucha humedad por el deterioro del manto asfáltico en el techo. El agua se mete y ahí están nuestros libros”.
Dentro de la biblioteca también está el reservorio de libros de la universidad, tesis, salas de audio y video que por la humedad dejaron de usarse.
Para la educadora, una de las mayores preocupaciones es el daño de los libros que allí reposan porque para ella, perderlos es un daño “irreparable”.
El Auditorio Central, un edificio en el que se hacían todos los actos de grado, es otra preocupación para el personal docente porque en la actualidad corre riesgo de implosión. En el intento de remodelarlo la estructura fue hecha con materiales inadecuados.