Por qué me dan ganas de orinar durante el sexo

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Foto: Archivo
Mil sensaciones experimenta nuestro cuerpo al tener relaciones, pero, ¿es normal sentir ganas de orinar durante el sexo? Sigue leyendo y verás que no resulta tan extraño como pueda parecer.

Tener ganas de orinar durante el sexo es, en la mayoría de los casos, normal debido a que el pene presiona la vejiga urinaria o la uretra.

Si te dieron ganas de orinar durante o después de tener relaciones sexuales con tu pareja es probable que te preguntes si es normal o no, si esa reacción es buena o si, por el contrario, es negativa. Si te has hecho alguna de estas preguntas, en el siguiente apartado abordamos este tema para orientarte mejor.

Ante todo, hay que aclarar que no es un motivo para alarmarse. Esta sensación, en la mayoría de los casos, es completamente normal y podría responder a dos razones:

  • La estimulación de las paredes vaginales, especialmente donde muchos consideran que está el famoso “punto G”, ese sitio donde se alcanza el orgasmo femenino y una importante sensación de relajación.
  • El nivel de fogosidad que alcancen durante el acto sexual.

Por otro lado, los deseos de ir al baño pueden incrementarse dependiendo de la postura sexual. Ese instante con el que el pene –o el juguete sexual- puede alcanzar el punto más excitante y ejercer una presión en la vejiga urinaria o en la uretra.

Consejos ante la sospecha de ganas de orinar durante el sexo

Lo primero que te recomendamos es que, si te ocurre asiduamente, consultes con un médico especialista. Por lo demás, hay algunas recomendaciones generales que pueden ayudarte si atraviesas estos episodios puntualmente y ello te preocupa:

  • Evita tomar mucho líquido antes del acto sexual.
  • Previo al acto sexual, ve al baño. Así sabrás si la sensación que tienes durante el coito se debe a la estimulación sexual o a que realmente necesitas miccionar.
  • Hay determinadas posturas que pueden hacer que el pene haga presión en la vejiga urinaria provocando ganas de orinar durante el sexo. En este caso, te recomendamos cambiar de posición.
  • Sugiérele a tu pareja que permanezcan acostados de lado al momento de la penetración.
  • Pídele a él que, además de realizar la penetración, estimule tu clítoris para alcanzar el punto máximo de excitación y lograr la eyaculación.
  • Habla con esa persona para ayudarla a comprender la situación. Recuerda que comunicar es una tarea obligatoria en toda relación.
  • Algunas mujeres tienen mayor dificultad para controlar la salida de orina. Para estos casos, se sugiere colocar un plástico entre la sábana y el colchón.

La incontinencia urinaria durante el sexo

Estudios indican que de un 3 % a un 55 % de las mujeres estarían afectadas por incontinencia urinaria. Las sexualmente activas refieren alteración de la función sexual, disminución de la libido, miedo a que ocurra pérdida de orina durante el acto sexual, incluso depresión.

En las mujeres la incidencia aumenta por la edad, el número de hijos y la menopausia. 60 % siente vergüenza, 45 % no usa transporte público y el 50 % rechaza la actividad sexual. Lo peor de estas cifras, es que el 50 % no consulta al médico.

Por otro lado, en el marco del tema que estamos tratando, parece existir una estrecha relación entre orgasmo e incontinencia urinaria (hallazgo urodinámico por hiperactividad del músculo de la vejiga que al contraerse provoca la micción) y en menor medida, incontinencia por la penetración. Es lo que revela el artículo “Incontinencia de orina durante la actividad sexual coital”.

Fisiología del orgasmo femenino

Una vez que hayas controlado la situación, sabrás si esas ganas de orinar durante el sexo son reales o son en realidad consecuencia de la estimulación. Por su parte, cuando alcanzas el orgasmo, se producen numerosos cambios fisiológicos, neurológicos, vasculares y hormonales que confluyen en:

  • Elevación del útero.
  • Lubricación vaginal.
  • Dilatación y aumento del tamaño de la vulva.
  • Aumento en la secreción de las glándulas exocrinas del tracto urogenital.
  • Aumento del aporte sanguíneo a los órganos genitales.
  • Erección del clítoris. En muchos casos alcanza el doble de su tamaño habitual.
  • Contracciones intermitentes en la musculatura de los genitales.
  • Aumento de la presión arterial, ventilación pulmonar y del ritmo cardíaco.
  • “Rubor sexual”, coloración rosa en el rostro o pecho.
  • Elevación de los umbrales de dolor en algunas zonas del cuerpo.

La eyaculación femenina, mito o realidad

Al respecto, estudios reseñan que un 60 % de las mujeres refiere expulsar un líquido, sin eyaculación, durante el orgasmo.Las que lo eyaculan de un modo más o menos regular representarían otro 6 % de ellas, existiendo un 13 % que afirma haberlo hecho alguna vez en sus vidas”.

Se ha confirmado a su vez, que no se expulsa orina y todo indica que el líquido excretado por las glándulas de Skenne está también compuesto como el semen, de fructosa, antígeno prostático específico y fosfatasa ácida.

La cantidad varía, desde unas pocas gotas a un líquido blanquecino y espeso en cantidad abundante. Pero no aparece con el orgasmo, como en el caso masculino, sino en muchas ocasiones al comienzo de la relación sexual o en la etapa de excitación.

Un mito desvanecido es la relación entre la eyaculación femenina y la estimulación del llamado punto G. Bastaría la estimulación del clítoris para la expulsión de este fluido.

Acuación, otra forma de nombrar la eyaculación femenina

Acuación es la palabra que la investigadora Patricia Rivas propone para sustituir el término eyaculación, con el fin de definir el fenómeno en castellano con un término propio, que en francés se denomina feminine fountains y en inglés squirting (aunque este último término, a diferencia de la eyaculación propiamente dicha, refiere a la expulsión de un líquido diluido de la vejiga urinaria, como queda dicho en este estudio).

La autora de Historia de la Acuación llega a afirmar que el desconocimiento general sobre la eyaculación femenina se deba a que no existe una forma de nombrar propia, pues estaría dominada por la experiencia masculina y los nombres que la explican. Y que en el caso de la mujer más bien la encubren.

“Que en el siglo XXI la mayoría de las mujeres no sepan qué es la acuación y que por ello tal vez no la experimenten, o si la experimentan no la reconocen, es la evidencia de hasta qué punto los discursos instituidos influyen y condicionan no solo la estructura social y las prácticas sociales sino que afectan a la conducta y a las experiencias individuales”.

Por último

Aún son muchas las dudas existentes sobre las reacciones que se dan antes, durante y después del acto sexual en el organismo. Esto, por lo general, viene a ser una consecuencia de la vergüenza, los tabúes, los prejuicios y otras cuestiones socioculturales existentes en torno a este tema.

Sin embargo, es posible informarse, despejar las dudas y aprender a conocer mejor el propio cuerpo y qué puede ayudar a disfrutar de una sexualidad sana, consciente y, sobre todo, placentera. En cualquier caso, si lo necesitas, te recomendamos consultar con un/a sexólogo/a o ginecólogo/a.

Con información de Mejor con Salud