Por qué usar agua caliente en la lavadora

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Foto: Archivo

Lavar la ropa es una tarea que realizamos con frecuencia, pero ¿sabías que la temperatura del agua puede marcar una gran diferencia en los resultados? La temperatura del agua es un factor clave para obtener un resultado eficaz y proteger las prendas. Al elegir la temperatura adecuada, podrás disfrutar de ropa limpia, desinfectada y con una mayor vida útil.

Ventajas del uso de agua caliente en el lavado

Uno de los mayores beneficios de lavar con agua caliente es su eficacia en la limpieza. Cuando el agua alcanza temperaturas superiores a los 60 °C, es capaz de eliminar bacterias, gérmenes y otros microorganismos que no se erradican fácilmente con agua fría.

Esto es especialmente importante en épocas como el invierno, cuando las personas están más expuestas a virus y gérmenes que pueden adherirse a la ropa de uso frecuente, como abrigos y suéteres. Además, el agua caliente disuelve mejor el detergente, lo que ayuda a que el jabón penetre profundamente en las fibras y facilite la eliminación de manchas difíciles.

Otro punto a favor del agua caliente es su capacidad para eliminar residuos orgánicos. Si tienes mascotas, sabes lo complicado que puede ser remover el pelo y los malos olores que quedan en la ropa. El uso de agua caliente no solo ayuda a deshacerte de estos residuos, sino también de los ácaros y el polvo que pueden acumularse en telas gruesas como toallas o ropa de cama.

Qué tipo de ropa debe lavarse con agua caliente

No todas las prendas se benefician del agua caliente. De hecho, algunas telas pueden dañarse si son expuestas a temperaturas demasiado altas. Sin embargo, hay ciertos tipos de ropa que requieren o al menos se benefician significativamente de los ciclos de lavado con agua caliente.

Las prendas más recomendadas para lavar a altas temperaturas incluyen:

Ropa de cama: sábanas, fundas de almohadas y mantas acumulan una gran cantidad de ácaros y bacterias que solo se eliminan de manera eficaz con agua caliente.

Toallas: estas suelen retener humedad y malos olores, además de bacterias que pueden proliferar en tejidos gruesos.

Telas blancas y gruesas: el agua caliente ayuda a mantener su color y eliminar manchas profundas que suelen acumularse con el uso frecuente.

Prendas de trabajo pesado: aquellas expuestas a suciedad intensa, como las de trabajadores de construcción o fontanería, se limpian mejor con agua caliente.

Con información de Infobae