El oro, el metal precioso por excelencia, experimenta un notable aumento en su cotización debido a una creciente demanda de los bancos centrales y a la inversión intensificada de aquellos que buscan activos refugio frente a los riesgos de recesión. De acuerdo con Goldman Sachs, las turbulencias económicas han impulsado a los inversores a redirigir capital hacia fondos cotizados que ajustan sus estrategias para maximizar el rendimiento en torno al «metal brillante».
Los analistas proyectan que, en caso de materializarse las sombrías previsiones económicas, el precio del oro podría alcanzar los tres mil 880 dólares por onza troy a finales de año, impulsado por una aceleración en las entradas de capital a estos fondos. Además, se estima que para mayo de 2026, su cotización podría superar los cuatro mil dólares, consolidándose como un activo de preferencia en tiempos de incertidumbre económica. Actualmente, el mercado al contado registra un valor de tres mil 244 dólares por onza.
Este panorama se agrava con el anuncio del presidente estadounidense, Donald Trump, sobre la imposición de aranceles a las importaciones de semiconductores en un «futuro próximo». Según Trump, productos como chips, semiconductores y bienes farmacéuticos deben ser fabricados en Estados Unidos, decisión que podría generar mayor presión en los mercados globales y reforzar la percepción del oro como una alternativa segura.
El oro se erige nuevamente como un baluarte de estabilidad ante las arenas movedizas de una posible recesión económica, reflejando su papel histórico como refugio en tiempos de crisis.
Con información de VTV