El profesor Tulio Ramírez, director del Doctorado en Educación de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), detalló que la formación de docentes en Venezuela ha experimentado un declive alarmante desde 2008, representando un grave problema para el futuro del sistema educativo nacional. Desde esa fecha hasta la actualidad, se han perdido más de 1.200 profesores por año, por lo que advierte que el país podría quedarse sin nuevos docentes en 2032.
En su conferencia La falta de generación de relevo docente. Un daño colateral de la crisis educativa, explicó que esa tendencia se manifiesta en tres indicadores claves: la disminución de aspirantes a la enseñanza, la reducción de la matrícula en carreras de educación y la drástica caída en el número de educadores graduados.
«En el año 2032, si se puede ver esta tendencia, las universidades no deberían estar graduando ni un solo estudiante. Hay que tener en cuenta que siempre habrá alguien que deba asumir un curso y atender a los alumnos en las aulas. Sin embargo, va a llegar un momento en que, si bien siempre habrá gente atendiendo a los estudiantes, dudo que estos sean profesionales graduados», precisó.
Según datos recopilados por Ramírez, en el lapso 2008-2022 las Escuelas de Educación de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL), Universidad Central de Venezuela (UCV) y la UCAB – principales instituciones formadoras de educadores del país – registraron un descenso del 76% en el número de alumnos que cursaban la carrera, pasando de aproximadamente 110.000 estudiantes en 2008 a 29.723 en 2022.
Al hablar de nuevos inscritos la cifra es aún más dramática, pues durante el mismo período la cantidad de bachilleres que decidieron inscribirse y empezar la carrera cayó 87%, al pasar de 31 mil estudiantes a poco más de 4.000, detalla la nota de prensa de la UCAB.
El investigador indicó que esta reducción en la matrícula ha tenido un impacto directo en el egreso de nuevos docentes. Dijo que, entre 2008 y 2022, la cantidad de graduados de la carrera se desplomó un 88%, al pasar de más de 14.900 a tan solo 1.749.
Precariedad salarial y crisis de rendimiento académico
El profesor Tulio Ramírez hizo referencia a cifras presentadas en 2024 por la Federación Venezolana de Maestros, las cuales indica que el país enfrenta un déficit de maestros que oscila entre 50% y 60%. En ese sentido, dijo que esta deserción masiva de educadores se debe principalmente a los bajos salarios, lo que los obliga a buscar alternativas económicas más viables.
Puntualizó que el éxodo masivo de profesores está dejando huellas en el rendimiento de los alumnos. «El problema salarial no es solo un problema administrativo, es un problema académico porque está incidiendo en la variable que mayor influye en el desastre que se está viviendo en todos los niveles educativos», agregó.
Como ejemplo, expuso datos de la Facultad de Ciencias de la UCV que revelan que 6 de cada 10 estudiantes de nuevo ingreso en las carreras de esa dependencia no aprobaron ninguna materia. «De los 573 inscritos, 361 (63%) no aprobaron ninguna asignatura. Este alto índice de fracaso evidencia las dificultades que enfrentan los estudiantes al inicio de su vida universitaria«, comentó.
Agregó que, detrás de estos números, está la ausencia parcial o total de profesionales que instruyan en materias fundamentales como matemáticas y castellano en la educación básica y media.
Según Tulio Ramírez, la clave para superar la crisis educativa generada por la deserción de maestros radica en la dignificación de la profesión. Insistió en que, solo a través de salarios justos y condiciones laborales óptimas, se podrá incentivar a más jóvenes a elegir la educación como carrera, retener a los profesionales con experiencia y garantizar una educación de calidad para todos los venezolanos.
«El trabajo docente es muy digno, pero es necesario dignificar al docente porque está siendo muy maltratado, esto se ve claramente en el salario y en el presupuesto de la nación a la educación, donde se muestran los indicadores de las prioridades del gobierno», precisó Ramírez.
Por último, urgió al diseño y ejecución de políticas públicas de largo aliento y la participación de distintos actores sociales en el proceso. Dijo que es fundamental una política de Estado para los próximos quince años, generada y elaborada por los entes interesados en la educación, donde participen las academias nacionales, las universidades, los padres, los comerciantes y los industriales.
Con información de El Pítazo