Las hojas de mora son ampliamente reconocidas por sus propiedades medicinales, destacándose por su capacidad para reducir la inflamación, combatir el estrés oxidativo y fortalecer la salud cardiovascular y digestiva; sin embargo, el uso de estas hojas debe ser responsable.
Gracias a la presencia de compuestos bioactivos como flavonoides, taninos y antioxidantes, las hojas de mora poseen notables beneficios antiinflamatorios. Según la National Library of Medicine, estos antioxidantes eliminan radicales libres que dañan las células y ayudan a prevenir enfermedades inflamatorias crónicas, como la artritis reumatoide. Este poder antioxidante contribuye al bienestar general del organismo.
Otro efecto significativo es su impacto positivo en la salud cardiovascular; los flavonoides y ácidos fenólicos presentes en estas hojas mejoran la función del corazón y contribuyen a prevenir enfermedades cardiovasculares. Además, su consumo favorece el control de la diabetes, gracias a la acción de la 1-desoxinojirimicina (DNJ), que regula la absorción de glucosa en el intestino, estabilizando los niveles de azúcar en sangre.
En el ámbito digestivo, las hojas de mora destacan por su contenido en fibra, que promueve un tránsito intestinal saludable y alivia trastornos como el síndrome del intestino irritable y la hinchazón abdominal. Asimismo, sus propiedades antiinflamatorias benefician el tracto gastrointestinal al reducir la inflamación asociada a enfermedades como la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn.
Su alto contenido en alcaloides, polifenoles y otros antioxidantes convierte a las hojas de mora en un aliado en la prevención de enfermedades crónicas, como ciertos tipos de cáncer, donde estos compuestos refuerzan el sistema inmunológico y protegen al organismo contra el estrés oxidativo, posicionándose como una herramienta valiosa en el cuidado integral de la salud.
Con información de VTV
