Proyecto «Cola Feliz» recupera y reubica animales abandonados

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Foto: Referencial

El bienestar de los perros es la inspiración y objetivo del proyecto «Cola feliz», un voluntariado que desde hace ocho años rescata, recupera y reubica a estos animales abandonados y enfermos, además los atienden con esterilización. Este grupo de personas gozan de un buen corazón que les permite trabajar en equipo, con veterinarios que siempre están a disposición, también cuentan con el apoyo del cuerpo de bomberos para los hallazgos en lugares complicados. Actualmente solo piden mayor colaboración de particulares para extender la cobertura entre los municipios Iribarren y Palavecino.

Carolina Ponte es la artífice de este grupo que necesita más ventanas para despertar la conciencia del cuidado animal y lograr que se acepten las mascotas como parte de la familia. Por esa conexión considera que merecen protección, afectos y la garantía en salud, tal como lo entendió su esposo Omar Suárez, quien es su cómplice en esta cadena de amor. «Hay que mirar hacia adentro y saber que puedes contribuir», dice al explicar que inicialmente también incluían el rescate de gatos, pero terminaron dedicándose por completo a los perros más vulnerables.

Su identidad se destaca en redes sociales y superan los 18 mil seguidores en la cuenta de Instagram, donde se identifican como «Cola feliz», en función de ese movimiento rápido y de izquierda a derecha que demuestra la emoción del perrito. Siempre quieren llegar a este punto de complacencia, cuando hacen todo lo posible por cubrir las expectativas, porque las exigencias siguen siendo de un promedio de 10 a 15 reportes diarios.

Protegen a 20 perros y otros cinco que ayudan con el aporte regular de tratamiento. Sienten que se quedan cortos, aún haciendo todo lo posible por canalizar la estadía en los dos hospedajes temporales con los que cuentan, gracias a la colaboración de María Antonieta Pérez, así como de la familia Carmen Betancourt y Olivio Martínez en Pavia, al oeste de Barquisimeto, además del otro hogar con Ana Moraima González en Cabudare.

Todo va sumando, incluso esos donativos de $1, gramos de comida, artículos de limpieza y hasta aquel compromiso permanente en quienes se incorporan como padrinos para cubrir gastos médicos o de alimentación. «Así es nuestra cadena de amor, con los recurrentes llamados de atención a la comunidad para contribuir con más aportes», admitiendo que cada rescate implica la valoración médica y remitir a los hogares temporales, donde se mantienen en recuperación por un periodo de cuarentena y algunos permanecen por tiempo indefinido ante la falta de sensibilidad de corazones por la adopción.

Cuentan con veterinarios aliados como Leonardo Rojas, Alexander Vargas, Josefina Capodacqua, Nagib Heredia y Yormal Escalona, quienes siempre están atentos a cualquier llamado de atención urgente. Además de la receptividad de funcionarios bomberos, al acudir en caso de rescates en zonas intrincadas o en pendientes, como han tenido experiencias en quebradas. Lo importante es garantizar la vida del animal.

Reubicar es la fase más difícil, exigen la garantía de seguridad en ese nuevo espacio. No cumplen caprichos y por eso corroboran esa verdadera aceptación del animal. Ponte dice que entre las principales trabas está la incidencia de la migración, así como los mitos en adopción con preferencia hacia los perros de raza pura, que sean cachorros y «mejor aún» de pocos meses de nacido.

A pesar de las trabas siguen sin desmayar y con los pasos bien firmes, se reponen a la indiferencia de esa sociedad que prefiere hacerse la desentendida ante el abandono, con algunos casos crueles en casas con dueños que emigraron o fueron lanzados a la calle, con el doble riesgo de ser dejados en avenidas muy transitadas. También conocen de aquellos que fueron descartados por estar enfermos principalmente con sarna y otros que no soportan el moquillo.

Abogan por políticas más accesibles para inmunización y esterilización. Dicen que las perras suelen ser más rechazadas por su condición reproductora, desestimando los métodos para protegerlas y así cuidar su salud.

Con información de La Prensa de Lara