La rutina de skincare se ha convertido en parte imprescindible de nuestro día a día. A la hora de cuidar la piel del rostro, nada mejor que optar por la crema hidratante que mejor se adapte a sus necesidades. Tanto si tu piel es grasa como seca, en la actualidad encontrarás la opción que mejor encaje contigo y que le dé lo que necesita.
Un ingrediente que se encuentra en muchos de estos productos son las ceramidas. Se trata de unos lípidos protectores de la barrera cutánea que tienen como objetivo que la piel no se seque en exceso o se irrite. En las pieles con bajos niveles de ceramidas, por ejemplo, pueden aparecer problemas como la dermatitis atópica o los eczemas.
Las ceramidas pueden ser naturales o sintéticas. Las naturales son aquellas ya presentes en la piel. Por su parte, las sintéticas se crean en la industria cosmética y el objetivo es que la piel se pueda beneficiar de su función.
Si estás pensando en incrementar las ceramidas naturales de tu piel, lo puedes hacer consumiendo algunos alimentos. Son especialmente recomendables el arroz, la soja o el trigo. Así, conseguirás que la piel produzca más ceramida, algo que puedes complementar con tu crema hidratante.
Qué son las ceramidas
Las ceramidas son lípidos presentes de forma natural en la piel. Su función es la de unir las células con el objetivo de que los tejidos no se sequen. Asimismo, los lípidos son imprescindibles para que la barrera de la piel esté protegida e hidratada. Su objetivo es regenerar la piel para que no aparezcan signos como la deshidratación o el envejecimiento.
Con el paso del tiempo, la piel va perdiendo las ceramidas naturales, algo que se nota en la pérdida de elasticidad. Si los niveles de ceramidas están bajos, la barrera cutánea es más débil, por lo que la piel estará deshidratada, irritada y seca. Por este motivo, son muy recomendables en pieles sensibles.
Cuando pasan los años, la piel empieza a ser más permeable y comienza a perder la capacidad para retener la humedad, lo que hace que también esté menos hidratada. De forma general, aquellas personas con psoriasis o eczemas cuentan con menos ceramidas naturales en su piel.
Esto hace que las ceramidas, al igual que ingredientes como la niacinamida, se hayan convertido en un ingrediente esencial en muchas de las cremas hidratantes presentes en el mercado. También aparecen en mascarillas, sérums y otros productos regeneradores.
Por qué las ceramidas son necesarias para tu piel
En el caso de que busques mantener el equilibrio perfecto en tu rostro para que tu piel esté siempre elástica e hidratada, debes incluir las ceramidas en tu piel. De lo contrario, esta se volverá más seca y las líneas de expresión pueden aparecer antes de tiempo. Como resultado, tu piel lucirá más apagada.
Las ceramidas son imprescindibles para reparar la barrera cutánea, ya que en las pieles sensibles esta suele estar dañada. Entre sus propiedades, son capaces de retener la humedad, fortaleciendo e hidratando en profundidad la piel donde es más sensible.
Asimismo, las ceramidas son un buen tratamiento para las pieles irritadas o sensibles, ya que logran fortalecer la barrera cutánea y la protegen contra los agentes externos y agresivos. Es el caso, por ejemplo, de la contaminación del ambiente, de los rayos UV o de los cambios bruscos de temperatura, entre otros. Por su parte, retrasan también el envejecimiento celular.
A pesar de todo, las ceramidas no solo tienen grandes beneficios para la piel del rostro, sino también para el cabello. Si tu melena tiene aspecto seco o le falta brillo y fuerza, puede que los niveles de ceramidas de tu organismo sean bajos. Un síntoma que puedes ver con facilidad es el de las puntas abiertas, algo muy común.
Beneficios de las ceramidas en la piel
Las ceramidas son conocidas por sus propiedades humectantes, antiinflamatorias, regeneradoras y emolientes. Esto hace que se utilicen en una gran cantidad de cosméticos. Asimismo, si se aplican de forma directa en la piel, estarás ayudando a la restauración de la barrera cutánea. Son muy recomendables en pieles secas, deshidratadas y maduras. Además, tienen múltiples beneficios.
Protección e hidratación
Las ceramidas tienen la capacidad de regenerar y fortalecer la barrera cutánea. Esto hace que mejore la retención de humedad. Como resultado, la piel quedará elástica, brillante y con un aspecto mucho más joven.
Antienvejecimiento
Con el paso del tiempo la piel se puede deteriorar y se vuelve más seca y madura, sobre todo, por la falta de humedad. Las ceramidas previenen el envejecimiento y evitan la aparición de signos como las líneas de expresión, las arrugas y las patas de gallo, entre otros.
Fortalecimiento del cabello
Además de para la piel, las ceramidas tienen beneficios para el cabello, fortaleciéndolo desde la raíz. Además, consiguen mantener los nutrientes necesarios en el interior del folículo.
Calma de la irritación
Al crear una barrera, las ceramidas evitan la filtración de la humedad, por lo que previenen la sequedad y actúan contra la irritación de la piel. Asimismo, protegen la piel ante los factores externos y los cambios de temperatura.
Retención del agua
Gracias a ello, favorecen la hidratación y la elasticidad de la piel. La barrera de la epidermis estará mucho más fortalecida.
Equilibrio
Las ceramidas consiguen equilibrar el manto hidrolipídico de la piel, una capa con varos beneficios a la hora de mantener hidratada de forma correcta la barrera exterior.
Adiós a la irritación
Las ceramidas tienen la capacidad de proteger la piel ante posibles irritaciones y evitan la descamación cutánea. De hecho, son muy recomendables para aquellas personas que padecen de problemas como la psoriasis o los eczemas, pues estos lípidos suelen ser escasos en este tipo de piel.
Con información de 2Trendies