Rascarse la piel es una respuesta natural ante la picazón, pero hacerlo en exceso puede tener efectos negativos en la salud. La ciencia ha demostrado que este hábito puede dañar la barrera cutánea, aumentar la inflamación y, en algunos casos, provocar infecciones.
¿Por qué nos rascamos?
La rasquiña o picazón puede ser causada por múltiples factores, como alergias, sequedad en la piel, enfermedades dermatológicas (eczema, psoriasis) o incluso factores psicológicos como el estrés y la ansiedad. Al rascarnos, activamos temporalmente una sensación de alivio porque el cerebro libera serotonina, pero esto puede desencadenar un ciclo vicioso: cuanto más nos rascamos, más pica la piel.
Efectos negativos de rascarse en exceso
Daño a la barrera cutánea
La piel tiene una función protectora, y al rascarse de manera excesiva, especialmente si es con fuerza, se pueden crear pequeñas lesiones o heridas. Estas microlesiones debilitan la barrera cutánea, lo que facilita la entrada de bacterias, virus y otros patógenos, aumentando el riesgo de infecciones.
Inflamación y enrojecimiento
Rascarse activa una respuesta inflamatoria en la piel. El proceso de rascado puede liberar histamina y otras sustancias químicas que provocan enrojecimiento, hinchazón y mayor picazón. Este ciclo continuo empeora la condición de la piel y agrava la picazón, lo que lleva a rascarse aún más.
Cicatrices y engrosamiento de la piel
El rascado repetido y crónico puede llevar a la formación de cicatrices, especialmente si se rasca con mucha fuerza o si se rasca una zona ya lesionada. Además, puede causar un engrosamiento de la piel (liquenificación), que se vuelve más áspera y rígida, lo que a su vez puede aumentar la picazón, creando un círculo vicioso.
Riesgo de infecciones
Las heridas abiertas causadas por rascarse pueden infectarse fácilmente, lo que podría resultar en afecciones cutáneas como impétigo, celulitis bacteriana o abscesos. Las infecciones pueden complicarse y requerir tratamiento médico.
Alteración del ciclo de picazón
Rascarse en exceso puede alterar el ciclo natural de la picazón. En lugar de aliviarla, el rascado puede intensificar la sensación de picazón a medida que se activa más histamina y se inflama la piel. Este ciclo de picazón-rascado-picazón puede ser difícil de romper.
Complicaciones en condiciones dermatológicas
En enfermedades como el eczema, la psoriasis o la urticaria, rascarse puede empeorar los brotes, retrasar la cicatrización y aumentar la severidad de los síntomas. En estos casos, el rascado continuo puede empeorar el daño en la piel y prolongar la condición.
Cómo evitar el rascado excesivo
- Mantener la piel hidratada con cremas emolientes.
- Usar ropa suave y transpirable para reducir la irritación.
- Aplicar compresas frías o lociones calmantes para aliviar la picazón.
- Consultar a un dermatólogo si la picazón es persistente o severa.
Con información de La Semana