En ocasiones, los cuidadores de mascotas olvidan lavar los utensilios donde comen sus mascotas o lo hacen muy esporádicamente, lo cual puede contribuir con la proliferación de bacterias que ponen en riesgo su salud.
Expertos señalan que los utensilios de los perros o gatos deben lavarse al menos cada ocho días, con agua caliente y jabón, pero lo ideal sería hacerlo después de cada comida, sobre todo en el caso de los bebederos, pues el agua estancada puede ser fuente de crecimiento de patógenos.
Es importante utilizar utensilios de uso exclusivo del animal, tales como esponjas o fregaderos dispuestos para tal fin, con el objeto de evitar la contaminación cruzada.
Secar los implementos antes de usarlos es una manera de evitar el crecimiento de bacterias que conlleven a la proliferación de enfermedades en el animal, las cuales podrían transmitirse a los humanos (zoonosis).
Con información de ÚN
