La depresión afecta al 5% de los adultos (a un 4% de los hombres y a un 6% de las mujeres). Está considerada como la principal causa de discapacidad en todo el mundo y se asocia con la alteración de varios procesos cerebrales y psicológicos, incluyendo problemas de aprendizaje y memoria. Se ha descubierto que la actividad física, especialmente el ejercicio aeróbico, alivia los síntomas depresivos, pero no se conocen bien los procesos implicados. Ahora, investigadores de University College London (UCL) han explorado los procesos que tienen lugar en el cerebro y el resto del organismo mediante los cuales el ejercicio físico reduce los síntomas depresivos.
En un nuevo artículo de revisión publicado en Translational Psychiatry los investigadores proponen una nueva hipótesis para comprender los efectos antidepresivos del ejercicio. En su opinión, el proceso puede depender de la motivación, que es muy importante para mitigar una serie de síntomas de la depresión, como la anhedonia (pérdida de interés o indiferencia ante las experiencias vitales), la falta de energía y la ‘niebla mental’.
El equipo de científicos resumió los artículos de investigación que exploraron los mecanismos de la depresión tanto en humanos, como en animales, y concluyó que la depresión –especialmente la anhedonia– está asociada con una elevada inflamación desencadenada por la respuesta inmunitaria del cuerpo. Es importante destacar que la inflamación también está relacionada con la transmisión alterada de dopamina.
Estos cambios biológicos pueden representar procesos clave que conducen a cambios en la motivación y, en particular, a una menor disposición a realizar un esfuerzo físico o mental. Mientras tanto, el ejercicio reduce la inflamación, aumenta la función de la dopamina y mejora la motivación. Los investigadores creen que esta podría ser una razón importante de por qué el ejercicio ejerce un efecto antidepresivo.
Programas de ejercicio personalizados para combatir la depresión
La autora principal, la Dra. Emily Hird (Instituto de Neurociencia Cognitiva de la UCL) dijo: «El efecto antidepresivo del ejercicio aeróbico ha se ha demostrado de manera convincente a través de ensayos controlados aleatorios, pero su mecanismo no se comprende bien. Esto se debe, en parte, a que probablemente involucra una variedad de procesos biológicos y psicológicos. Por ejemplo, junto con su efecto positivo sobre la inflamación, la dopamina y el procesamiento de recompensa, el ejercicio también reduce el estrés oxidativo y mejora la autoestima y la autoeficacia».
«Sin embargo, proponemos que el ejercicio, en particular las actividades aeróbicas que lo hacen sudar y lo dejan sin aliento, disminuye la inflamación y aumenta la transmisión de dopamina, lo que a su vez aumenta el deseo de esforzarse y, por lo tanto, aumenta la motivación en general».
El equipo espera que esta comprensión de cómo el ejercicio reduce los síntomas de la depresión sirva como base para desarrollar nuevas estrategias de tratamiento, como programas de ejercicio personalizados. «Comprender los mecanismos que subyacen a los efectos antidepresivos de la actividad física en la depresión también podría ayudar a comprender los mecanismos que causan la depresión y el desarrollo de nuevas estrategias de intervención, en particular intervención personalizada y prescripción social», ha indicado Hird.
Con información de WebConsultas