La pérdida de la memoria es uno de los primeros signos que delatan la presencia de alzhéimer y por ello comprender cómo se crean y almacenan los recuerdos podría ayudar a prevenir y tratar esta demencia. Ahora, un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Queensland (UQ), en Australia, ha revelado que los ácidos grasos saturados desempeñan un papel clave en la consolidación de los recuerdos en el cerebro.
El Dr. Isaac Akefe del Queensland Brain Institute de la UQ ha descubierto el mecanismo molecular y ha identificado los genes que intervienen en el proceso de creación de la memoria, lo que abre nuevas vías para desarrollar un posible tratamiento para las enfermedades neurodegenerativas. Anteriormente demostramos “que los niveles de ácidos grasos saturados aumentan en el cerebro durante la comunicación neuronal, pero no sabíamos qué estaba causando estos cambios”, ha declarado el Dr. Akefe,
“Ahora, por primera vez, hemos identificado alteraciones en el paisaje de ácidos grasos del cerebro cuando las neuronas codifican un recuerdo”, añade, y explica que “una enzima llamada fosfolipasa A1 (PLA1) interactúa con otra proteína en la sinapsis llamada STXBP1 para formar ácidos grasos saturados”.
Un hallazgo que puede ayudar a tratar enfermedades como el alzhéimer
El cerebro es el órgano más graso del cuerpo y los compuestos grasos denominados lípidos constituyen el 60% de su peso. Los ácidos grasos son los componentes básicos de una clase de lípidos llamados fosfolípidos. El estudio se ha realizado en el laboratorio del profesor Frederic Meunier y ha demostrado que STXBP1 controla la acción de la enzima PLA1, coordinando la liberación de ácidos grasos y dirigiendo la comunicación en las sinapsis del cerebro.
“Las mutaciones humanas en los genes PLA1 y STXBP1 reducen los niveles de ácidos grasos libres y promueven trastornos neurológicos”, afirma el profesor Meunier. Y explica que para determinar qué importancia tenían los ácidos grasos libres en la formación de la memoria, utilizaron modelos de ratón en los que se elimina el gen PLA1, e hicieron “un seguimiento del inicio y la progresión del deterioro neurológico y cognitivo a lo largo de sus vidas”.
“Vimos que incluso antes de que sus memorias se deterioraran, sus niveles de ácidos grasos libres saturados eran significativamente más bajos que los de los ratones de control”. “Esto indica que esta enzima PLA1 y los ácidos grasos que libera desempeñan un papel clave en la adquisición de la memoria”.
La investigación tiene implicaciones importantes para comprender cómo se forman los recuerdos. “Nuestros hallazgos indican que la manipulación de esta vía de adquisición de memoria tiene un gran potencial como tratamiento para enfermedades neurodegenerativas, como el alzhéimer”, dijo el profesor Meunier.
El estudio se ha llevado a cabo en colaboración con la Universidad de Nueva Gales del Sur, la Universidad de Estrasburgo, la Universidad de Burdeos, el Instituto de Investigación Scripp y la Facultad de Medicina Baylor, y sus resultados se han publicado en The EMBO Journal.
Con información de WebConsultas