El tipo de dieta y el estilo de vida afectan directamente a la salud y pueden ayudar a prevenir enfermedades o, por el contrario, favorecer su aparición cuando nuestros hábitos y los alimentos que elegimos no son saludables. Además, numerosos estudios científicos han mostrado también la influencia del microbioma intestinal (conjunto de microorganismos como virus, bacterias, hongos…, y sus interacciones) sobre nuestro bienestar físico y emocional.
Una nueva investigación ha demostrado ahora que el microbioma intestinal puede ser un factor clave en la salud de los senos. Los resultados del estudio se han publicado en Microbiology Spectrum, una revista de la Sociedad Estadounidense de Microbiología, y revelan que los componentes de las semillas del lino o linaza conocidos como lignanos intervienen en la relación entre los microorganismos intestinales y la expresión de microRNAs de glándula mamaria (miRNAs). Un subconjunto de estos miRNAs regula los genes involucrados en el cáncer de mama, incluyendo genes que controlan la proliferación y migración celular.
“La microbiota del tracto gastrointestinal desempeña un papel importante en la modificación de muchos componentes de nuestra dieta para impactar en la salud humana”, ha declarado Jennifer Auchtung, profesora asistente en el Departamento de Ciencia y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Nebraska-Lincoln y la editora que ha coordinado la revisión del trabajo.
“En este estudio, encontramos correlaciones entre dietas enriquecidas en linaza, la composición de la microbiota cecal y los perfiles de miRNA en la glándula mamaria que regulan muchas vías, incluyendo aquellas involucradas en el desarrollo del cáncer. Este estudio preliminar apoya una mayor investigación sobre el papel que desempeña la microbiota en los enfoques dietéticos para reducir los factores de riesgo asociados con la enfermedad”.
Prevenir el cáncer de mama con una intervención dietética
Los investigadores estudiaron los efectos de las semillas de linaza en la microbiota de ratones hembra jóvenes. Los lignanos, compuestos asociados a la fibra que se encuentran en muchos alimentos y son especialmente abundantes en la linaza, se asocian con una reducción de la mortalidad por cáncer de mama en mujeres posmenopáusicas. Los investigadores descubrieron que los lignanos generan respuestas de miARN específicas en la glándula mamaria.
Para determinar si la relación entre la microbiota y los miARN de la glándula mamaria podría manipularse para reducir el riesgo de cáncer de mama, los investigadores alimentaron con semillas de lino a ratones hembra para comprobar si los perfiles de la microbiota cecal intestinal están relacionados con la expresión de miARN en la glándula mamaria. Se cree que el ciego, la primera parte del colon, que se localiza en la parte inferior derecha del abdomen cerca del apéndice, desempeña un papel en la producción de ácidos grasos de cadena corta y se ha propuesto que sirva como reservorio de bacterias anaeróbicas.
Un lignano del aceite de linaza requiere procesamiento microbiano para liberar metabolitos bioactivos, sustancias químicas de moléculas pequeñas que se producen durante el metabolismo e influyen en la fisiología y la enfermedad; en este caso, tienen efectos antitumorales. Los investigadores descubrieron que la microbiota y el miARN de la glándula mamaria están relacionados y que los lignanos de linaza modifican la relación para que no causen cáncer.
“Si se confirman estos hallazgos, la microbiota se convierte en un nuevo objetivo para prevenir el cáncer de mama mediante la intervención dietética”, concluye Elena M. Comelli, profesora asociada del Departamento de Ciencias de la Nutrición y de la Facultad de Medicina Temerty de la Universidad de Toronto, y una de las autoras del artículo.
Con información de Web Consultas