Un fuerte grito hizo que Laura Escalante corriera hacia el patio de su casa ubicada en el Pirineos II, en la ciudad de San Cristóbal, para saber qué ocurría. Al llegar el panorama no era alentador, pues a su hijo de cuatro años lo mordió una culebra.
Su residencia está muy cercana de las siete quebradas que atraviesan la capital del estado Táchira, hábitat de estos animales.
Escalante cargó a su pequeño y huyó de la casa. Con desesperación pidió la ayuda de sus vecinos para atención médica a través de un llamado de emergencia a Protección Civil.
Para esta madre es sorpresa que una mapanare apareciera en su vivienda, pues a pesar de tener más de 20 años viviendo en el lugar, esto jamás había ocurrido.
El niño fue trasladado rápidamente al Hospital Central de San Cristóbal y el personal médico que lo monitoreaba recetó un suero antiofídico. El insumo es difícil de conseguir en la región y deben traerlo desde la ciudad de Caracas, con un alto costo.
Desplazamiento de anfibios
Debido a las altas temperaturas que se registran en la región, además, de las lluvias, hacen que animales como culebras, arañas y escorpiones migren de su hábitat natural.
Esta es la opinión del anfibiólogo, Manuel Murillo, quien indicó que los cambios de clima afectan a la fauna. Los animales buscan un refugio debido a que el ser humano invadió su entorno.
“Esto es algo que ocurre desde hace varios años. Pese a ello es necesario informar a las personas para que estén alerta ante la posible presencia de ellos”, dijo.
Los lugares más vulnerables son las cercanías a los ríos, quebradas y parques nacionales.
Donde hago más rescates de serpientes es en el sector Colinas de Pirineos, tanto serpientes no venenosas como venenosas, tarántulas y otros animales silvestres”, expresó.
El ofidiólogo del Centro de Formación y Adiestramiento Los Andes, Jaime Duque, aseguró que el cambio climático, la acumulación de basura y deforestación inciden en que estos animales ocupen lugares residenciales.
No solo se trata de culebras, arañas y escorpiones, también sus depredadores como, picures, zarigüeyas, entre otras.
“Las casas con amplios jardines o que colindan con zonas boscosas son las más propensas para que lleguen estos animales”, expresó.
En el parque nacional Chorro El Indio es común la presencia de mapanares mientras que en la zona norte la cascabel.
Alertó a los padres sobre los niños, a los cuales hay que vigilar a la hora de ir a un parque o una zona boscosa. Las corales son muy atractivas y se ha visto a muchos de ellos jugando con las venenosas.
Los teléfonos en caso de una emergencia son:
0424 1245958, 0424 7478194 o 0414 7053565.
Antídotos
Dijo que en la región sí hay sueros antiofídicos y contra escorpiones, los cuales se aplican bajo un estricto control médico. Es importante atender rápidamente la mordedura de una serpiente debido a las complicaciones que traen.
El médico internista Ángel García detalló que, según la mordedura, las complicaciones hematológicas serían sangrado, síndrome compartimental, es decir, el miembro afectado se inflama, de tal manera que lo compromete al no permitirle que le llegue la sangre.
A nivel neurológico los pacientes presentan pérdida de sensación u hormigueo en la zona afectada, dificultad para respirar y en casos más graves, fallecen. Cuando un paciente es mordido por una culebra se le aplican 50 ml de antídoto, en cinco ampollas de 10 ml.
Banco de suero
En la iglesia San Rafael Arcángel, en El Piñal, municipio Fernández Feo, existe un banco de suero antiofídico. Este se creó con el propósito de ayudar a las personas de bajos recursos que perdían la vida por picaduras de serpiente.
Un kit de suero puede costar más de 300 dólares. El sacerdote a cargo de estos insumos brinda financiamiento para que así el dinero recaudado sirva para comprar nuevas dosis.
Con información de Crónica Uno