La confluencia entre los ríos Orinoco y Caroní representa una ventaja clave para el transporte fluvial de diversas industrias en la región guayanesa. Sin embargo, el tráfico de embarcaciones también implica un riesgo ambiental significativo ante posibles derrames de hidrocarburos u otras sustancias contaminantes.
Conscientes de este problema, el lunes, 10 de marzo, se llevó a cabo en Bolívar el primer simulacro regional contra derrames de hidrocarburos y sustancias nocivas. La actividad fue organizada por la empresa Avante Bureau Shipping y contó con la participación de más de 160 personas pertenecientes a instituciones públicas y privadas vinculadas con seguridad, rescate, ambiente y transporte fluvial.
El ingeniero marítimo y capitán de altura Nomar Vargas, vicepresidente de Avante Bureau Shipping, destacó que este ejercicio brindó la capacitación y el entrenamiento necesarios para responder eficazmente ante un eventual derrame de hidrocarburos producto de una emergencia marítima en las aguas de Ciudad Guayana.
Asimismo, se definieron protocolos específicos para proteger comunidades y ecosistemas acuáticos afectados por contingencias similares.
En el simulacro participaron el Instituto Nacional de los Espacios Acuáticos de Guardacostas, ACBL de Venezuela, Visco Orinoco, CVG Venalum, Sidor, CVG Ferrominera, entre otras instituciones.
“Es muy importante porque hablamos de una articulación privada y pública, que es lo que queremos, para fortalecer todas las políticas de mitigación y control de derrames de hidrocarburos”, destacó Vargas.
Esta actividad conlleva a su vez a acciones correctivas que no se hicieron en el pasado. Por ejemplo, en 2011 el buque Gdansk, buque de carga registrado con bandera de las Bahamas y alquilado a Ferrominera, encalló en el canal de navegación del muelle de esta empresa con 36 mil toneladas de hierro. Al menos 27 mil toneladas métricas del material se derramó en el Orinoco.
“Fue una embarcación que reconoció fondo y lastimosamente hubo un derrame que no pudimos controlar. Afectó incluso a las comunidades más bajas como Curiapo, las comunidades de San Francisco de Guayo, de Barrancas del Orinoco, incluso hasta comunidades en San Félix se vieron muy afectadas. La idea de este simulacro es tener la práctica y la teoría, y estar actualizado como lo solicita internacionalmente la Organización Marítima Internacional”, detalló.
Segundo simulacro
Este primer ejercicio se realizó bajo condiciones de aguas bajas debido a la temporada de sequía. Para septiembre está previsto un segundo simulacro, pero en condiciones de aguas altas. Esta distinción es importante, pues cada escenario climático plantea desafíos diferentes.
“Queremos colocar a Ciudad Guayana como modelo a seguir. La idea principal es crear los mecanismos y los formularios necesarios para ser replicados a nivel nacional. Son certificados que pide la Organización Marítima Internacional y todas las autoridades. Lo que deseamos específicamente es que este patrón se replique a nivel nacional”, afirmó.
Por su parte, el contralmirante Humberto Carrillo, capitán de la Capitanía de Puerto de Ciudad Guayana, resaltó que prever acciones de contención ante derrames garantiza mayor seguridad para el ingreso de nuevos buques al país.
“Es importante porque eso le va a garantizar al mundo entero la seguridad con que contamos en Venezuela y eso repercutirá también en la inversión que vayan a hacer los países para enviar embarcaciones hacia Venezuela, exclusivamente hacia el río Orinoco”.
Riesgo de derrames
Es oportuno recordar que en 2022 ocurrió otro incidente crítico en la Faja Petrolífera del Orinoco, cuando un derrame petrolero de la empresa mixta Petrowarao generó una emergencia ambiental. Las comunidades más afectadas fueron Pedernales y Capure, ubicadas en el estado Delta Amacuro.
Los derrames de hidrocarburos pueden tener consecuencias ambientales, económicas y sociales. Entre ellas, la contaminación de suelos, agua, daños a la flora y fauna, alteración de la cadena alimenticia, y riesgo ante el consumo de pescados de esa zona acuática.
Asimismo, puede incidir en la aparición de enfermedades e impactar negativamente a los ecosistemas marinos y a las comunidades. Por ejemplo, en el lago Maracaibo se ha observado la filtración de petróleo de oleoductos deteriorados.
Con información de Crónica Uno
