En las comunidades y zonas populares de Yaracuy está creciendo la cantidad de tarantines, bodegas, kioscos o cualquier otro negocio informal, el cual es improvisado por las familias para hacerle frente a la compleja situación económica que se vive en el país.
Aunque esta realidad no es nueva, desde hace algunas semanas se hace aún mucho más evidente. Venta de empanadas, sopa, perros calientes, barbería, peluquería, helados, frutas, entre otras, son algunas de las cosas que ofertan en este tipo de negocios que son instalados a las afueras de las casas, en el porche o en un sitio cercano a la vivienda.
Una de ellas es Marilin Artigas, quien junto a su esposo lleva tres meses vendiendo empanadas en una comunidad de San Felipe; ella cuenta que no es mucho lo que le ganan, pero sí les ha permitido costear ciertos gastos de su núcleo familiar, integrado por tres hijos.
Sostuvo que siempre se ha dedicado al comercio y en esta oportunidad están intentando con esta opción, su esposo hace las empanadas y ellas las vende a precios ‘digeribles’ para el bolsillo. Su negocio cuenta con un toldo, mesa, silla, exhibidor y otra mesa artesanal para que las personas desayunen.
Franyer Delgado es otro joven que justamente ayer #3sept comenzó a vender panes y dulces muy cerca de su casa en San Felipe, el muchacho colocó una mesa para mostrar sus productos, mientras que otros los colgó en unos árboles.
«Decidí implementar esta opción a ver si me va mejor, trabajar de lunes a lunes en unos chinos por $ 30 semanales no es vida y tampoco rinde», comentó el vendedor.
Otro que también está en esta ‘onda’ es el señor Leonidas Markov, en el municipio Cocorote, quien comenzó con una barbería y poco a poco ha ido ofertando diversas cosas en su kiosco, como caramelos, aliños, pan, galletas, entre otros. La variedad es realmente grande.
Este tipo de negocios es para algunos un «rebusque», mientras que para otro su única fuente de ingreso, los bajos salarios hace que el ciudadano opte por el comercio para aumentar su poder adquisitivo, pero de manera informal, puesto que instalar un local «con todos sus accesorios», se traduce a una gran inversión en alquiler, pago de servicios e impuestos.
Con información de La Nación