La soledad no deseada es un grave problema que sufren muchas personas mayores que viven solas y que puede interferir significativamente en su calidad de vida y en su salud, pero afortunadamente una mascota se puede convertir en su mejor compañía en el hogar y ayudarles a recuperar las ganas de salir y de relacionarse con los demás.
Un nuevo estudio que se ha publicado en JAMA Network Open ha demostrado ahora que tener mascota no solo evita que los adultos mayores se sientan solos, sino que se ha relacionado con tasas más lentas de deterioro cognitivo. La investigación ha sido realizada por científicos de la Universidad Sun Yat-sen en Guangzhou, China, liderados por Yanzhi Li, que analizaron la asociación entre tener una mascota y el deterioro cognitivo en 7.945 individuos de más de 50 años –con una edad media de 66,3 años– que participaron en el Estudio Longitudinal Inglés sobre el Envejecimiento.
Los investigadores encontraron que tener una mascota se asoció con tasas más lentas de deterioro de la memoria verbal y la fluidez verbal entre las personas que vivían solas, pero no entre las que vivían con otras personas. Tener una mascota contrarrestó la asociación entre vivir solo y la disminución de las tasas de memoria y fluidez verbal.
“Estos hallazgos sugieren que tener una mascota puede estar asociado con un deterioro cognitivo más lento entre los adultos mayores que viven solos”, escriben los autores, que añaden que “se necesitan ensayos clínicos aleatorios para evaluar si tener una mascota reduce la tasa de deterioro cognitivo en los adultos mayores que viven solos”.
Un envejecimiento saludable para prevenir o retrasar la demencia
Los adultos mayores tienen tendencia a desarrollar deterioro cognitivo, y el significativo aumento de la esperanza de vida que conlleva el envejecimiento supone que el deterioro de la función cognitiva en los adultos mayores se haya convertido en un grave problema de salud pública, ya que se estima que el número de personas con dementica a nivel mundial pasará de 57 millones en 2019 a 153 millones en 2050 según han explicado los autores.
“El deterioro de la función cognitiva no solo perjudica gravemente el bienestar de las personas, sino que también supone una enorme carga para sus cuidadores, así como para los sistemas financiero y sanitario de la sociedad. Actualmente no se dispone de terapia eficaz para revertir con éxito el deterioro cognitivo o tratar la demencia. Por lo tanto, identificar poblaciones de alto riesgo y factores de riesgo modificables es crucial para formular intervenciones de salud pública y promover un envejecimiento saludable”, añaden.
Con información de Web Consultas