La UE necesita invertir 800.000 millones de euros en infraestructura energética hasta 2030 para alcanzar sus objetivos climáticos, según el grupo de presión empresarial Mesa Redonda Europea para la industria, que señala como prioridades las redes eléctricas y almacenamiento energético y captura y almacenamiento de CO2.
“El mayor riesgo del enfoque europeo es que (la UE) ha puesto a la industria intensiva en energía en una desventaja competitiva significativa”, declaró en un comunicado la Mesa Redonda Europea (ERT,por sus siglas en inglés), tras analizar dos informes elaborados por la firma Boston Consulting Group.
El presidente del Grupo Titan Cement y máximo responsable del Comité de Transición Energética y Cambio Climático del citado grupo de cabildeo, advirtió que el bloque comunitario se arriesga a sufrir un proceso de deslocalización industrial.
“Europa cuenta con empresas líderes en sectores intensivos en energía como cemento, productos químicos, metales y refino, que emplean a millones de personas (…). Si Europa pierde su participación en estos sectores globales, otros de otros lugares simplemente la tomarán y esa prosperidad irá allí.
Según la Mesa Redonda Europea para la industria, se precisan 800.000 millones de euros hasta 2030 y otros 2,5 billones hasta 2050 de inversiones públicas y privadas para que esas industrias puedan competir a escala global con territorios como Estados Unidos o China.
Entre 2010 y 2018, la inversión total en redes en la UE fue de unos 32.000 millones, agregó esa plataforma.
Los informes, en concreto, destacan “la pérdida de competitividad de Europa a través de la transición energética, reflejada en datos, como la pérdida del 66 % de la producción de aluminio en la UE y su reciente reversión de ser exportador de productos químicos a importador neto”.
“El riesgo de una mayor desindustrialización es evidente en el desplazamiento de la inversión extranjera directa (IED) hacia otras regiones”, agrega esa plataforma industrial, que señala entre las razones los “mayores costos energéticos y de descarbonización, las barreras para el acceso a energía renovable asequible y la importancia de desplegar tecnologías futuras”.
Para corregir esa tendencia, proponen “inversiones masivas tanto en infraestructura nacional como transfronteriza para redes eléctricas, hidrógeno y CO2” con el objetivo de obtener “la abundante disponibilidad de energía renovable a precios competitivos en toda la UE”.
En positivo, destacan que la UE tiene unas de “las redes interconectadas más grandes del mundo”, pero lamentan que también tenga “un mercado único subdesarrollado para la energía”.
Para mejorar la competitividad de empresas como Air Liquide, ArcelorMittal, ENGIE, Eni, Ericsson, Iberdrola, Maersk, Nokia, Shell, Siemens, Volvo Group, proponen incentivar la planificación de interconexiones tanto en alta mar como en tierra o armonizar los estándares técnicos.
También piden que se garanticen “ubicaciones estratégicas” para centros de demanda de hidrógeno y de captura y almacenamiento de CO2 y acelerar el proceso de permisos, entre otras medidas.
La Comisión Europea, que hace meses comenzó a convocar mesas de diálogo para tratar con las industrias los desafíos industriales, presentará mañana una comunicación en la que dará cuenta de ese trabajo para coordinarse con los sectores económicos para la UE reduzca sus emisiones de CO2 en un 55 % en 2030 respecto a 1990 y alcance la neutralidad climática a mitad de siglo.
Con información de EFE