Centenares de personas se congregaron este lunes 9 de diciembre en la catedral de Valencia para rendir homenaje a las víctimas de la Dana, que devastó el sureste de España a finales de octubre. Entre los asistentes se encontraban el rey Felipe VI y la reina Letizia, quienes recibieron aplausos de la multitud al llegar al lugar.
La ceremonia, que comenzó a las 7 de la noche, honró “a las personas muertas y a las víctimas” de las lluvias torrenciales del pasado 29 de octubre.
Según la AFP, las familias de los 230 fallecidos, alcaldes de las áreas afectadas y varios ministros del gobierno de Pedro Sánchez también estuvieron presentes, así como el presidente de la región de Valencia, Carlos Mazón, quien ha enfrentado críticas por su gestión durante la crisis.
Durante su homilía, el arzobispo de Valencia, Enrique Benavent, reflexionó sobre el dolor causado por las inundaciones y afirmó que “el dolor nunca tiene la última palabra”. Destacó los signos de esperanza que surgieron en medio del sufrimiento y elogió a quienes arriesgaron sus vidas para ayudar a otros en momentos críticos.
“Hemos tenido una experiencia de solidaridad que ha sacado a la luz lo mejor que hay en el corazón del ser humano”, afirmó.
Las autoridades confirmaron que 230 personas perdieron la vida debido a las inundaciones, 222 de ellas en la región de Valencia. Aún se reportan cuatro desaparecidos mientras continúan los trabajos para reparar la infraestructura dañada.
Al finalizar la ceremonia, Felipe VI y Letizia conversaron con los familiares de las víctimas. Sin embargo, al salir, la multitud reaccionó con una mezcla de aplausos y gritos en contra de los líderes presentes; algunos asistentes los llamaron “¡Asesinos!”.
En un comunicado posterior, la Asociación de Damnificados por la Dana expresó su preocupación por el uso político del evento, afirmando que no desean que se aproveche “un acontecimiento tan íntimo para limpiar una imagen manchada por el barro y la desidia” de los responsables políticos.
Con información de El Nacional
