La ginecóloga y directora de IVI Málaga, Anabel Salazar, advierte que la amenorrea, la falta de menstruación, puede llevar a problemas de infertilidad en mujeres en edad reproductiva que practican una alta actividad física. El desequilibrio entre las calorías ingeridas y la energía consumida debido a la intensidad del ejercicio puede provocar consecuencias como un bajo nivel de estrógenos y variaciones bruscas de peso, lo que puede resultar en niveles muy bajos de grasa, unido al estrés generado por el deporte de competición.
El cuerpo, en respuesta a estas carencias que afectan al físico de las deportistas, puede suprimir o alterar el ciclo menstrual, dando lugar a la amenorrea. Para evitar esta situación, Salazar enfatiza la importancia de que los equipos técnicos estén familiarizados con las características fisiológicas femeninas y el funcionamiento del sistema endocrino, comprendiendo cómo la liberación de hormonas afecta el rendimiento físico.
Además, la especialista destaca que la alimentación adecuada también juega un papel crucial. El ejercicio físico intenso, sin una dieta balanceada basada en proteínas, grasas saludables e hidratos de carbono, puede causar trastornos hormonales y un acortamiento de la fase lútea, alterando la secreción de hormonas y disminuyendo los niveles de estrógenos. Sin embargo, Salazar resalta que esta situación es reversible si no se mantiene por un largo período.
Para aquellas mujeres que practican deportes de alta intensidad y desean ser madres en el futuro, Salazar enfatiza la importancia de planificar esta etapa con el debido asesoramiento médico. Destaca que la vitrificación de óvulos es una opción que les permite conservar sus gametos en su estado óptimo hasta el momento en que decidan cumplir su deseo maternal. De este modo, podrán equilibrar sus metas profesionales con la posibilidad de concebir con sus propios gametos, sin que la profesión afecte significativamente sus planes de maternidad.
Con información de El Tiempo/Colombia
