El uso de lenguajes secretos por parte de pedófilos en internet ha generado una creciente preocupación debido a que pueden difundir contenido sensible que afecta a menores de edad sin ser descubiertos.
Los pedófilos utilizan una variedad de técnicas para ocultar su actividad y evitar la detección por parte de las autoridades y, a su vez, de las restricciones dentro de la red virtual.
Antes, este tipo de contenido era sacado de la deep web, actualmente, los grupos que comparten material pornográfico infantil usan códigos para comunicarse entre sí.
Códigos entre pedófilos
Estos lenguajes con mensajes ocultos pueden tomar diferentes formas, desde el uso de palabras clave hasta símbolos, imágenes o incluso gestos específicos.
Las redes sociales, los foros en línea y las aplicaciones de mensajería instantánea son los lugares más comunes en los que se comparten material.
Asimismo, los pedófilos se aprovechan del anonimato que les dan las plataformas para establecer contactos con otras personas con quienes comparten este «trastorno parafílico».
Cabe destacar que las frases que usan los pedófilos son detectadas e investigadas por organizaciones y las medidas de seguridad dentro del mismo internet.
El uso de lenguajes secretos por parte de pedófilos en internet ha generado una creciente preocupación debido a que pueden difundir contenido sensible que afecta a menores de edad sin ser descubiertos.
Los pedófilos utilizan una variedad de técnicas para ocultar su actividad y evitar la detección por parte de las autoridades y, a su vez, de las restricciones dentro de la red virtual.
Antes, este tipo de contenido era sacado de la deep web, actualmente, los grupos que comparten material pornográfico infantil usan códigos para comunicarse entre sí.
Códigos entre pedófilos
Estos lenguajes con mensajes ocultos pueden tomar diferentes formas, desde el uso de palabras clave hasta símbolos, imágenes o incluso gestos específicos.
Las redes sociales, los foros en línea y las aplicaciones de mensajería instantánea son los lugares más comunes en los que se comparten material.
Asimismo, los pedófilos se aprovechan del anonimato que les dan las plataformas para establecer contactos con otras personas con quienes comparten este «trastorno parafílico».
Cabe destacar que las frases que usan los pedófilos son detectadas e investigadas por organizaciones y las medidas de seguridad dentro del mismo internet.
Actualmente, uno los códigos usados es la frase “caldo de pollo”.
En redes sociales como Facebook y X, quienes distribuyen pornografía infantil o tienen trastornos sádicos hacia los niños, se intercambian mensajes diciendo: “¿alguien tiene caldo de pollo?”, “busco caldo de pollo” y “tengo caldo de pollo para cambiar”.
De acuerdo a una reseña del BBC News, este tipo de personas inescrupulosas usan palabras con C y P porque son las iniciales de “Child Pornography” (pornografía infantil).
Hace un tiempo usaban oraciones como Club Penguin y Código Postal como parte de su lenguaje secreto para recolectar este material.
Sin embargo, las medidas de seguridad cibernéticas las captaron y lograron eliminar dicho contenido.
De tal manera, Facebook ya está al tanto de la nueva frase y por eso arrojan alertar cada vez que un usuario busca “caldo de pollo”.
Buscan grupos por X
En la red social X, los pedófilos dejan publicaciones para entrar a los grupos donde se comparte dicha información.
Se investigó que en un grupo de Telegram compartido en dicha red hay más de 43 mil miembros.
Por su parte, los demás usuarios pueden reportar el grupo para que Telegram lo elimine, además de denunciar la publicación en X, para detener la difusión de esta comunidad.
Eliminan contenido compartido por pedófilos
La Internet Watch Foundation (IWF) es una organización benéfica registrada con sede en Cambridgeshire, Inglaterra, la cual se encarga de eliminar del internet todo contenido de abuso infantil.
Según sus cálculos, tan solo en el 2022 investigaron 255.588 informes que contenían material de abuso sexual infantil.
Entre los informes hay fotos, videos, foros y grupos en redes sociales.
De acuerdo a sus estudios, cada cinco minutos una persona busca material sensible que incluye a un menor de edad.
Con información de 2001
