Cómo cuidar correctamente el cuello y el escote

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Foto: Archivo

Durante muchísimos años hemos prestado atención al rostro, casi como si la rutina de cuidado facial terminase en la línea de la mandíbula; a pesar de que el modo de uso que viene en los cosméticos insiste en que la aplicación de cualquier producto facial también tiene que realizarse en cuello y escote, expone Elisabeth Álvarez, directora de Inout y Fengo, máster en dermocosmética y formulación y autora de ‘Guía para una belleza inteligente’. La experta opina que “no somos muy conscientes de que los tratamientos no terminan en la línea mandibular, así como tampoco la limpieza y la protección solar”.

Quizá, el hecho de cuidarse más la cara se deba a que, independientemente de la época del año, mostramos esta siempre, pudiendo ver en ella incluso nuestro estado de ánimo y nuestra salud, mientras que el cuerpo, en general, no se descubre tanto y pasa más desapercibido. Sin embargo, tanto el cuello como el escote son unos grandes delatores de la edad, porque “son zonas que cuentan con menos poros por centímetro cuadrado, por lo que tienen una menor capacidad de mantenerse hidratadas, siendo propensas a la sequedad y ávidas de hidratación, nutrición y protección solar”, añade Silvia Oliete, fundadora y directora de los institutos de belleza Blauceldona.

La diferencia entre cuello y escote

Evidentemente, la piel del cuello y la del escote no presentan las mismas características que la de la cara, pues son áreas menos lipídicas. Esto supone que tienen menos glándulas sebáceas y, por tanto, están menos hidratadas, protegidas y elásticas, de manera natural, debido a la ausencia de grasa.

“La piel del cuello es mucho más fina, no tiene tanta grasa; los tendones de la zona se hacen prominentes, y el efecto de la gravedad, del movimiento constante y de la falta de cuidados hacen que la dermis se descuelgue. La del escote posee menos cantidad de poros por centímetro cuadrado, por lo que tiene una menor capacidad de mantenerse hidratada. Es una zona muy delicada frente al sol, y supeditada al tamaño del pecho y al estilo de vida de cada mujer”, explica Oliete.

Cómo limpiar cuello y escote

Cualquier rutina de belleza comienza con una adecuada limpieza, que debe sobrepasar el mentón para cubrir cuello y escote. “Toda la piel del cuerpo debe ser convenientemente limpiada y cuidada a diario, pero priorizamos el rostro en detrimento del resto de zonas porque es lo que miramos en el espejo, con lo que nos comunicamos, nuestra tarjeta de presentación diaria al mundo”, recuerda la fundadora y directora de los institutos de belleza Blauceldona.

El problema es que si a muchas personas ya les resulta complicado extender los productos de tratamiento en estas zonas, la limpieza se convierte en el paso más tedioso en estos casos. Para facilitar la tarea y no saltársela, la experta aconseja “limpiarse rostro, cuello y escote a diario, directamente en la ducha antes de mojarnos. ¿Cómo? Masajeando una crema limpiadora por toda la zona con movimientos circulares ascendentes y aclararla después con agua; al salir, secarse y continuar con la rutina de tonificación, sérum, crema, etc”.

Cómo exfoliar cuello y escote

Es importante ayudar a la renovación celular con exfoliaciones basadas en ácidos, como puede ser el retinol. En este caso, la directora de Inout y Fengo no aconseja las exfoliaciones mecánicas “por lo agresivas que son con la piel, sobre todo en la del cuello, que es mucho más fina y delicada”. Ella defiende que “con una exfoliación química se puede favorecer la estimulación de colágeno y elastina, ya que el cuello presenta menos cantidad y necesita una mano para mejorar y mantener esta red dérmica de soporte”.

Cómo hidratar cuello y escote

Lo ideal sería “elegir productos formulados específicamente para cubrir las necesidades de cuello y escote, puesto que realizan una acción muy precisa, suelen tener una acción reafirmante muy potente y unas texturas ricas, pero de rápida absorción y nada grasas”, afirma Oliete. Pero si no se puede o no se quieren complicaciones, “hay que abarcar también cuello y escote con nuestros sérums y cremas, siempre que sean de acción hidratante y/o reafirmante. Eso sí, si se tiene una rutina de cuidados adaptada a una piel acneica, por ejemplo, a menos que estas zonas también lo sufran, debería evitar extenderlos porque podría secar dichas zonas”.

Y en cuanto a la cantidad que se debe extender en estas dos áreas en cuestión, “debe ser siempre aquella con la que sintamos que el producto ha llegado bien a toda la zona. Aplicar demasiado no tiene sentido y es una pérdida innecesaria, pero utilizar muy poco tampoco tiene lógica. Además, cada persona tiene una talla, unas medidas concretas que harán que la cantidad cambie. Lo lógico es optar por una cantidad que creamos razonable y si notamos que se ha absorbido sin llegar a todos los sitios, apliquemos más”, propone la misma experta de Blauceldona.

También hay que hacer hincapié en la importancia de la aplicación de los cosméticos: “Se deben emplear movimientos largos en el cuello, desde las clavículas hasta el mentón, sin ejercer mucha presión para no favorecer la flacidez. En el escote, lo ideal es comenzar desde la parte baja del pecho y, con la mano contraria, subir desde su base como si fuese una copa, para recorrerlo en su parte exterior hacia arriba, y repetir desde el otro lado. Para terminar se pueden realizar pasadas suaves hacia el cuello, hasta notar que toda la zona está bien hidratada”.

Cómo proteger cuello y escote del sol

Por último, para prevenir tanto el envejecimiento como el cáncer de piel es vital protegerse a diario de los rayos UVA y UVB. Y no solo hay que usar el fotoprotector en el rostro, sino que también hay que extenderlo en cuello y escote, si este último no va a estar tapado. “El sol es el agente más dañino y que más envejece, en general, en nuestra piel. Recomiendo usar siempre factor de protección (SPF) 50 y elegir una textura ligera que se absorba rápido y no deje residuo”, concluye la directora de Inout y Fengo.

Con información de El Confidencial